El Ministerio de Capital Humano expresó su descontento con el sindicato La Fraternidad tras el anuncio de un paro de trenes previsto para el 28 de enero. La medida de fuerza, que se desarrollará entre las 9 y las 17 horas, fue cuestionada por el Gobierno por su impacto en la movilidad de miles de usuarios en todo el país.
En un comunicado, la cartera liderada por Sandra Pettovello detalló que el conflicto surgió luego de que La Fraternidad rechazara un acuerdo paritario alcanzado con otras entidades ferroviarias. “A pesar de la medida de conciliación obligatoria y las extensas negociaciones, el sindicato decidió paralizar los servicios,” señalaron.
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— Ministerio de Capital Humano (@MinCapHum_Ar) January 21, 2025
La decisión afecta los servicios de las empresas Ferrovías, Metrovías, Operadora Ferroviaria y Belgrano Cargas, que ya habían acordado con otros gremios como Unión Ferroviaria y la Asociación de Señaleros. Sin embargo, el sindicato liderado por Omar Maturano insistió en sus demandas, argumentando que no se discute solo dinero, sino garantizar una mejora alimentaria para los trabajadores.
Reclamos por el impacto inflacionario
Desde La Fraternidad explicaron que su pedido incluye el reconocimiento de una canasta básica alimentaria, equivalente al 10% del salario. Según el gremio, este ajuste busca mitigar el impacto del desfasaje inflacionario registrado desde septiembre de 2023. Sin embargo, el Gobierno aseguró que la pauta salarial establecida no puede superar el 1% mensual fijado por el Ministerio de Economía.
El paro, que afectará todos los servicios ferroviarios a nivel nacional, se definió tras una reunión sindical donde se evaluaron las consecuencias del vencimiento de la conciliación obligatoria. El gremio argumenta que la medida es necesaria para defender el poder adquisitivo de los trabajadores en un contexto económico adverso.
Posición del Gobierno ante el conflicto
Por su parte, el Ministerio de Capital Humano, dirigido por Sandra Pettovello reafirmó su compromiso con el diálogo social, aunque criticó la postura del sindicato. “La medida perjudicará directamente a miles de personas que dependen del transporte ferroviario,” sostuvieron. Además, señalaron que las negociaciones continuarán para buscar una salida que beneficie tanto a los trabajadores como a los usuarios.
Este conflicto revive tensiones previas entre las partes. En diciembre pasado, un paro similar fue suspendido tras la intervención de la Secretaría de Trabajo. Sin embargo, al vencer la conciliación obligatoria el 20 de enero, La Fraternidad quedó en libertad de acción para avanzar con su plan de lucha.
Mientras el gremio sostiene que «no se trata de dinero, sino de alimentos», las autoridades insisten en que las propuestas presentadas son razonables dentro del marco económico actual.
El paro de trenes promete generar un impacto significativo, afectando tanto la movilidad de los pasajeros como la logística de cargas. En este contexto, el desafío será encontrar un punto de equilibrio que permita atender las demandas laborales sin comprometer el funcionamiento del sistema ferroviario.
