La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lanzó duras críticas al régimen de Nicolás Maduro al advertir sobre los riesgos de que el seleccionado Sub-20 participe en el Sudamericano programado en Venezuela. En declaraciones a CNN Radio, Bullrich cuestionó la seguridad en un país gobernado por una dictadura que, según señaló, recurre al secuestro y a la represión como herramientas de control. «Habrá que cambiar de sede, CONMEBOL lo tendrá que pensar. Argentina va a mandar chicos que los pueden secuestrar», alertó.
La advertencia tiene como trasfondo el secuestro del gendarme argentino Nahuel Gallo, quien permanece retenido desde diciembre de 2024 en un claro abuso de poder por parte del régimen chavista.
Gallo fue acusado sin pruebas de formar parte de un supuesto complot contra la vicepresidenta Delcy Rodríguez, en lo que Bullrich calificó como «otro delirio de una dictadura desesperada por mantenerse en el poder». «¿Qué diferencia puede haber entre un jugador de fútbol y un gendarme?», cuestionó la ministra, dejando en evidencia los riesgos inherentes de enviar a la selección juvenil a un país sin garantías de derechos básicos.
El conflicto del Sudamericano Sub-20
El torneo juvenil, que estaba previsto para el 23 de enero, se encuentra bajo una nube de incertidumbre debido a las crecientes tensiones internacionales y las violaciones sistemáticas de derechos humanos en Venezuela. Bullrich insistió en que el régimen de Maduro representa una amenaza para la seguridad de cualquier argentino que pise su territorio. «Hemos pasado un trámite burocrático para reconsiderar a los países donde no tienen estado de derecho. Vamos a ver qué pasa el 10 de enero, pero cualquiera puede ser tomado de rehén», advirtió.
La ministra llamó a la CONMEBOL a reflexionar sobre la idoneidad de Venezuela como sede del torneo, destacando que el riesgo no se limita al caso de Gallo, sino que podría extenderse a los jugadores argentinos. «No podemos exponer a nuestros chicos a un régimen que secuestra y persigue como método de gobierno», sentenció.
El caso Gallo y la estrategia diplomática
El secuestro de Gallo es una muestra más del modus operandi del régimen chavista, que utiliza el terror y las acusaciones infundadas para justificar su represión. Según Bullrich, la teoría conspirativa que involucra a Gallo en un supuesto intento de magnicidio es «una locura» y «un invento de pies a cabeza» por parte de un régimen que ha perdido toda legitimidad. «Es la típica lógica de las conspiraciones de las dictaduras, lo que hacen para quedarse en el poder», afirmó.
La ministra también adelantó que el gobierno argentino evalúa distintas estrategias para liberar a Gallo, aunque evitó dar detalles por razones de seguridad. Sin embargo, dejó en claro que la situación en Venezuela es extremadamente volátil, especialmente ante la prevista reasunción de Maduro el 10 de enero, un acto que la comunidad internacional ya ha calificado de ilegítimo.
Un régimen que siembra el terror
Bullrich no escatimó críticas al régimen de Maduro, al que calificó como «una dictadura en su última etapa, sostenida únicamente por el terror». Según la ministra, el chavismo se enfrenta a un pueblo que clama por democracia y a una comunidad internacional que empieza a retirarle su apoyo. «Es un régimen que ha perdido toda base social y que ahora sólo se aferra a la represión. Están sembrando el terror en todos los estamentos de la sociedad», denunció.
En ese contexto, Bullrich enfatizó que el gobierno argentino no permitirá que Maduro utilice a Gallo como moneda de cambio ni que ponga en riesgo la seguridad de otros ciudadanos argentinos.
Advertencias a futuro
La ministra reconoció que el caso Gallo ha expuesto la necesidad de replantear los protocolos de seguridad para misiones internacionales. Informó que se trabaja en un protocolo que identifique los países donde hay riesgo, tanto para agentes de seguridad como para cualquier ciudadano argentino. «La Gendarmería es prolija en la gente que sale del país, pero no tuvieron la mirada geoestratégica o geopolítica de que a Venezuela no se podía ir», explicó.
Con el caso Gallo como símbolo de las atrocidades del régimen chavista, Bullrich instó a la comunidad internacional y a organizaciones como la CONMEBOL a no ser cómplices de un gobierno que utiliza la represión y el secuestro como herramientas de control. «No se puede jugar al fútbol en un país donde los derechos humanos son una mera ilusión y donde cualquier persona puede ser tomada como rehén», concluyó.