La primera semana de sesiones extraordinarias del Congreso transcurrió sin mayores avances, poniendo en jaque el ajustado cronograma que impulsa el gobierno de Javier Milei. Aunque el oficialismo planea sesionar el jueves 6 y el martes 11 de febrero, las negociaciones clave recién comenzarán la próxima semana cuando los jefes de los bloques dialoguistas se reúnan con el presidente de la Cámara de Diputados para definir los votos y posibles cambios a los proyectos en discusión.
El principal punto de conflicto se encuentra en la reforma electoral, que incluye la propuesta de eliminar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Sin embargo, las resistencias tanto del PRO como de la Unión Cívica Radical (UCR) han puesto en evidencia la falta de consenso. Mientras el PRO prefiere optar por una suspensión temporal de las PASO para este año, los radicales apuestan por acotarlas en tiempo y costo, evitando su eliminación definitiva.
Fuentes cercanas al oficialismo reconocen que la suspensión de las PASO parece ser el camino más viable en el Congreso, un desenlace que podría obtener los votos necesarios gracias a la presión ejercida por los gobernadores, quienes verían en esta medida una oportunidad para reforzar su poder político al evitar internas costosas y concentrar la «lapicera» en sus distritos.
Tiempos ajustados y estrategias negociadoras
El Senado enfrenta restricciones reglamentarias que complican aún más los plazos. Para que el proyecto sea debatido en el recinto el 20 de febrero, es indispensable que el dictamen se firme a más tardar el jueves 12, dejando a la Cámara de Diputados con un margen mínimo para la aprobación previa, que debería darse el 11 de febrero como fecha límite.
Pese a estas limitaciones, desde la bancada libertaria no muestran preocupación. En el Gobierno confían en que las negociaciones, aunque tardías, se resolverán al filo del plazo. “Si se acelera todo, la semana que viene podemos llegar bien”, aseguraron fuentes parlamentarias.
Cristina Kirchner y el dilema bonaerense
Un factor clave que complica las negociaciones es la indefinición del peronismo, que sigue a la espera de un gesto claro de Cristina Kirchner. La exmandataria condenada por corrupción concentra su atención en la interna de la provincia de Buenos Aires, donde el posible desdoblamiento de las elecciones provinciales se ha convertido en una piedra de discordia. Si las PASO se suspenden a nivel nacional, Axel Kicillof podría avanzar con su estrategia de separar las elecciones bonaerenses, algo que CFK rechaza de plano por las implicancias políticas y logísticas.
Mientras tanto, los diputados del Frente Renovador, liderados por Sergio Massa, han presentado un proyecto para suspender las primarias únicamente en la provincia de Buenos Aires, buscando una salida intermedia que podría facilitar las negociaciones.
Ficha Limpia y otras prioridades legislativas
En medio de estas tensiones, el Gobierno considera llevar primero al recinto el proyecto de Ficha Limpia, que cuenta con un mayor nivel de consenso entre las fuerzas políticas. Esta estrategia busca ganar tiempo para seguir negociando la reforma electoral con el peronismo y otros bloques opositores.
El martes próximo, Martín Menem se reunirá con los jefes de bloque del arco dialoguista para intentar acercar posiciones y analizar modificaciones que permitan destrabar el debate. Sin embargo, la falta de avances significativos refleja las tensiones internas y externas que enfrenta el oficialismo en un Congreso donde cada voto es crucial para materializar las reformas clave de la agenda de Milei.