Sin lugar a dudas, Facundo Arana se ha destacado como uno de los mejores actores de su generación. Talentoso y siempre con un carisma capaz de eliminar cualquier barrera, decidió abrir su corazón en una nota con María Laura Santillán para Teleshow, donde expuso cómo lucho contra el linfoma que le detectaron en su juventud.
«Un día, de buenas a primeras, te dicen que estamos acá parados frente al río, y vos decís ‘pero yo no nado mucho’, vamos a cruzar al Uruguay a nado. ‘No, yo no puedo hacer eso’. Sí podés. Tenés que poder porque te va la vida. Entonces, de golpe mirás alrededor tuyo y tenés un equipo porque está tu vieja, está tu viejo, están tus amigos, amigos que no conocían y que se te ponen al lado, hermanos, hermanas», expresó.
«Entonces ahí arrancás a nadar y a los cinco minutos no podés nadar más, se te acabaron las fuerzas. Ahí aparece la vieja, aparece el buen doctor, la buena doctora, el consejo sano, el ‘yo me afeito con vos’, el ‘no te preocupes’, el ‘no nades que el agua se puso turbulenta’. Tengo miedo, decís. ‘No nades, flotá, quédate flotando’. Y entonces estás descansando», aseveró.
Sin rodeos, Facundo Arana decidió ir por más. «Pensalo como ‘estoy tratando de que no se me vaya la vida y se me está yendo el pelo, se me está yendo el peso, se me está yendo la fuerza’. A veces se me va la esperanza y todavía tengo que seguir aferrado a la vida. Empiezo a ver que me cuesta, pero sin embargo sigo agarrado a eso. Y ahí está la vieja, el amigo, el apoyo. No tengo de donde agarrarme y de golpe me sostienen. Vos no tenés fuerza para pedir», aclaró.
«En Fundaleu vos estás aislado, pero no estás aislado porque entra una persona que tiene que hacer el cuarto por ejemplo. Todas esas personas son Dios vestido de enfermeros, de médicos. Te lo juro. Vos le estás rezando y le pedís por favor y de golpe, en ese médico está tu papá, está tu mamá, están tus hermanos, está el médico que necesitabas, están todos juntos y es super. Por supuesto que es el programa que nadie quiere para su vida. Yo no lo quiero para mis hijos, doy mi vida antes de que mis hijos sufran cualquier cosa que tenga que ver con eso», aclaró.
«Pero sí te puedo decir qué pasó después, y el después es que te dan las armas para poder llegar al otro lado de ese océano que parece tan grande, sabiendo que cuando se ponen las olas movidas no tenés que nadar, sabiendo que no tenés que tratar de mirar a la otra orilla sino concentrarte en las dos brazadas. Qué vamos a hacer hoy, no miremos mañana, hoy. Hoy tengo quimio y tengo este estudio. Listo, no pensemos en toda la radioterapia, en toda la quimio, en todo el tratamiento, en el trasplante, en las radiografías, no, no, vamos día por día. Y día por día, nada es imposible«, sentenció Facundo Arana, quien logró salir adelante y dejar su enfermedad atrás.