Este viernes, Nicolás Maduro planea asumir un tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, mientras el opositor Edmundo González Urrutia también promete tomar posesión. Ambos se han proclamado ganadores de las elecciones del 28 de julio de 2024, pero solo González ha presentado las actas que respaldan su triunfo, sumiendo al país en una profunda crisis política.
El CNE, controlado por el oficialismo, otorgó a Maduro un 51,2% de los votos, pero nunca publicó las actas que avalarían este resultado. En respuesta, la oposición digitalizó el 85% de las actas de votación, las cuales muestran que González Urrutia habría ganado con un 67%. Estas pruebas fueron presentadas ante la OEA y están disponibles en una plataforma de libre acceso.
Para reforzar su control, Maduro ha desplegado fuerzas militares y policiales en Caracas, mientras enfrenta un rechazo internacional creciente. Países como Estados Unidos, España, Argentina y Canadá reconocen a González Urrutia como el presidente legítimo, mientras que aliados tradicionales de Venezuela, como Rusia y China, respaldan a Maduro.
Edmundo González, quien salió al exilio en septiembre tras recibir amenazas de detención, promete regresar a Caracas para asumir el cargo. «Mi intención es tomar posesión del mandato que me dieron los venezolanos al elegirme con más de siete millones de votos», declaró durante una gira internacional para obtener apoyo diplomático.
Venezuela: el horario del traspaso
La ceremonia de Maduro está prevista para las 12 (hora local) en el Palacio Federal Legislativo, con la presencia de aliados del oficialismo. Por su parte, González Urrutia planea llegar acompañado de expresidentes de la región que apoyan su reclamo, a pesar de las amenazas de declararlos personas no gratas por parte del régimen chavista.
A pocas horas de la investidura de Maduro, María Corina Machado, líder opositora, salió de la clandestinidad para sumarse a una masiva protesta en Caracas. «No tenemos miedo», afirmó, mientras convocaba a la población a manifestarse pacíficamente. En paralelo, ciudades como Nueva York, Madrid y Buenos Aires también fueron escenario de movilizaciones en apoyo a González Urrutia.
El principal punto de conflicto sigue siendo la legitimidad de las actas. Mientras Maduro busca aferrarse al poder sin presentar evidencias claras de su victoria, la oposición sostiene que el chavismo manipuló los resultados. Incluso, se denunció un ataque informático que habría ralentizado el conteo en la madrugada posterior a las elecciones.