La Toscana IGT (siglas para Indicazione Geografica Tipica) es una categoría habilitada para los vinos elaborados en cualquiera de las diez provincias de la región italiana homónima. Liberados de las limitaciones y requerimientos estilísticos impuestos a los vinos DOCG y DOC en Italia, los vinos Toscana IGT pueden elaborarse prácticamente de todas las formas imaginables, desde blancos completamente secos hasta tintos dulces y rosados ??espumantes.
Los vinos Toscana IGT se producen con el mínimo de restricciones imprescindibles para garantizar la elaboración de un vino de calidad. Estos vinos cuentan con una declaración de cosecha, además el nombre del productor y la región de origen en la etiqueta.
Aquellos vinos etiquetados con una sola variedad deben elaborarse con, por lo menos, un 85 por ciento de la cepa en cuestión. Tamaña flexibilidad geográfica permite, asimismo, a las fincas, quizás fuera de las denominaciones de origen tradicionales, etiquetar algunos o todos sus vinos con una clasificación geográfica fácilmente distinguible.
Dado el éxito de larga data de la Toscana con el vino tinto seco, este estilo es, con diferencia, el más común y se produce en su mayoría a partir de la variedad de uva Sangiovese. Otras variedades populares incluyen Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc. En el año 2020 se registró un total de 13.388 hectáreas de viñedos apropiados para la IGT. Por su parte, la producción anual ronda los 65 millones de litros.
El caso de los supertoscanos
Los mundialmente célebres vinos supertoscanos que se producen aquí fueron, en un principio, quienes condujeron en primer lugar a la creación de la categoría IGT. Así pues, cuando se introdujo el sistema DOC italiano en la década del sesenta del siglo pasado, no fue bien recibido.
Muchos de los productores de vino italianos que las nuevas normas suponían una afrenta en tanto que eran demasiado restrictivas. Fue por esa razón que criticaron abierta y severamente el sistema.
En efecto, gran parte de ellos, sobre todo en la región de Toscana, prefirieron seguir enfocándose en la calidad y la individualidad en detrimento de ajustarse a las leyes DOC locales. El costo por esta libertad consistió en tener que etiquetar sus vinos como Vino da Tavola, lo cual implica el estrato más bajo en el sistema de clasificación de vinos de Italia.
A finales de los años sesenta, muchos de aquellos productores rebeldes dieron comienzo a la elaboración de vinos de estilo moderno y de muy alta calidad, los cuales, más tarde, dieron por conocerse como los «supertoscanos«. El público internacional recibió estos vinos con elogios y los brazos abiertos. Sin embargo, este fenómeno no impidió que algunos de los vinos más respetados de Italia se etiquetaran y vendieran bajo el título de Vino di Tavola.
En el año 1984, uno de los supertoscanos más famosos, Sassicaia, obtuvo su propio título de DOC, DOC Bolgheri Sassicaia. Así es que fueron necesarias medidas adicionales para abordar los demás vinos.
La instauración del sistema IGT
Con el propósito de conferir cierto equilibrio a la situación, en el año 1992, el gobierno italiano introdujo una nueva categoría bautizada como Indicazione Geografica Tipica (IGT). Esta decisión consiguió instaurar con éxito un término medio entre las clasificaciones DOCG y DOC, estrictamente reguladas, y el humilde e indómito Vino di Tavola.
La categoría Toscana IGT se comparó durante mucho tiempo al de Vin du Pays en Francia. En la escala de medición de la Unión Europea, ambos se ajustan a la clasificación IGP (siglas para Indicación Geográfica Protegida / Indicación Géographique Protégée / Indicazione Geografica Protetta). Hoy en día, el término IGP se considera el más adecuado en Francia, mientras que IGT e IGP aparecen consignados en las etiquetas italianas.