El exlegislador y dirigente kirchnerista de Córdoba, Guillermo Ceferino Kraisman, fue detenido tras intentar retirar un millón de pesos de un banco utilizando un documento de identidad falso. Este incidente, ocurrido en una sucursal del Banco de Córdoba, se suma a una lista de controversias y antecedentes del exfuncionario, quien ya había protagonizado un insólito intento de hurto de alimentos en septiembre del año pasado.
El jueves, Kraisman, de 61 años, se presentó en la sucursal bancaria ubicada en avenida 24 de Septiembre al 100, en el barrio General Paz de la ciudad de Córdoba, acompañado por una mujer identificada como Luciana Castro. Ambos intentaron retirar un millón de pesos de una cuenta que no les pertenecía.
La cajera del banco, al notar irregularidades en la firma y el DNI presentado, alertó a sus superiores y al personal de seguridad. Según fuentes de la investigación, la actitud de Kraisman resultó altamente sospechosa, ya que permaneció pegado a la mujer durante toda la operación, hablándole constantemente y actuando de manera nerviosa.
“Nada cerraba por ningún lado. Su comportamiento activó todas las alertas del banco”, señaló una fuente cercana al caso al diario La Voz del Interior. Tras ser informadas las autoridades, el fiscal Andrés Godoy ordenó la detención de ambos implicados. Kraisman fue trasladado a la alcaidía del Establecimiento Penitenciario N° 9 de Córdoba, imputado por tentativa de hurto.
Antecedentes y un historial de controversias
Este no es el primer episodio polémico en la vida de Guillermo Kraisman. En septiembre de 2024, el exfuncionario fue detenido tras intentar robar alimentos de un supermercado en el barrio Irupé. Cámaras de seguridad lo captaron escondiendo fiambres, una lata de atún y un pote de mermelada en sus ropas. Cuando fue confrontado en la caja, reaccionó de forma agresiva contra los empleados y dos policías presentes.
Además de este episodio, su carrera política ha estado plagada de denuncias y acusaciones. En 2003, mientras ejercía como concejal, fue denunciado por administración fraudulenta en un centro vecinal y por robo de energía eléctrica en su domicilio. Tres años después, debió renunciar a su banca tras enfrentar imputaciones por amenazas y lesiones leves. También recibió acusaciones vinculadas a su gestión en el club Avellaneda de Córdoba, incluyendo intento de soborno a un árbitro y robo de energía eléctrica.
El deterioro de una figura política local
Kraisman llegó a ocupar cargos municipales y legislativos bajo el ala del peronismo cordobés. Sin embargo, ha visto cómo su carrera política se desmorona bajo el peso de sus propios actos. Su reciente detención no solo refuerza la imagen negativa que lo ha acompañado durante años, sino que también reaviva las críticas hacia el manejo de dirigentes con antecedentes judiciales en la política local.