Connect with us

Hola, qué estás buscando?

SOCIEDAD

Vinos especiales y fortificados: a qué refiere esta categoría

El universo del vino es tan vasto que es sencillo perder el horizonte en los diferentes términos que se aplican; un aspecto fundamental es distinguir entre los vinos propiamente dichos y los especiales.

Vinos especiales

Cuando hablamos de vinos especiales es fundamental considerar a todo el universo del vino. Hoy en día es un espectro tan extenso desarrollar una clasificación exhaustiva incluyendo todos los tipos de vino producidos alrededor del mundo representaría un trabajo hercúleo. Es así que al clasificarse los diferentes tipos de vino del mercado, tienden a emplearse características concisas y corrientes capaces de englobar a vinos similares.

Así pues, de manera típica pueden hallarse clasificaciones de los vinos atendiendo al varietal o las variedades de uva que se utilizan en su elaboración; a la cantidad de azúcares que presenta el producto final; o bien, a la concentración de carbónica que presenta el vino.

No obstante, asimismo es posible englobarlos en el marco de una misma denominación de origen, por su añejado o bien, diferenciarlos por sus métodos de producción. Sin embargo tal vastedad de clasificaciones supone también un gran virtud para los amantes del vino.

En concreto, los vinos especiales son aquellos que presentan características únicas, procedentes de particularidades en las familias de uvas o en los métodos de elaboración que intervienen. Tales métodos se distinguen de los procedimientos tradicionales de elaboración de vino más habituales y, en razón de ello, producen vinos radicalmente diferentes a los tintos, blancos y rosados que se elaboran de forma hegemónica en el mundo.

Así por ejemplo, una adaptación climática, un elemento externo que incide sobre la uva o una innovación en la técnica de producción tienden a ser la simiente originaria de vinos especiales que, con el devenir de los años y las tradiciones, terminan por asumir una entidad en sí mismos.

Vinos fortificados

Por «vino fortificado» se tiende a referir, en general, a todos aquellos vinos a los que se les añade alcohol, habitualmente vínico, el cual se obtiene por la destilación de vino, orujos u otros productos de la vid.

Si este alcohol se añade durante el proceso de fermentación, hablaremos de vinos encabezados. El término «fortificados» aplica particularmente para todos los vinos a los cuales se les agrega alcohol independientemente del momento de la adición en el proceso de elaboración.

Técnicas de este tipo comenzaron a expandirse, especialmente, a lo largo del siglo XVII. En aquella época, surge la necesidad de someter al vino a un proceso que el transporte a través de largos trayectos marítimos sin echarse a perder.

El principal problema de la época es que la inestabilidad en las condiciones climáticas durante los viajes habilitaban una nueva fermentación de los vinos dentro de los toneles de transporte.

Con el objetivo de solucionarlo, empezó a añadirse alcohol extra a los vinos previo al embarque, siendo que un elevado contenido en alcohol inhibe la capacidad de las levaduras de transformar el azúcar del mosto en alcohol.

Esta innovación, que transformó la necesidad en virtud, se le atribuye a los británicos, dando origen al vino fortificado por antonomasia, el Oporto. En general, podemos decir que los fortificados suelen ser vinos muy dulces y con un contenido de alcohol de entre el 16% y el 20%, resultando en perfectas opciones para vinos de postre.