En el Día de Reyes, nada mejor que una buena rosca o roscón, como también le llaman, con vinos rosados o blancos frescos, bien frescos, para el verano que estrena su temporada en el hemisferio sur. Recordando la letra del villancico, podríamos decir que “ya vienen los Reyes Magos, caminito de Belén, cargaditos de juguetes”, a lo que agregaríamos unos refrescantes tragos para los no tan niños.
Los tragos realizados con vinos blancos y rosados se convierten en verdaderos reyes de la temporada por su frescura, ideales para la playa o los atardeceres en los que el sol se pierde en el mar. Sí, es cierto que el vino rosado lleva la delantera entre los productos en alza, el mundo centra cada vez más su atención en los vinos rosados.
El mundo cada vez más pendiente de los vinos rosados
No es para menos, el atractivo que le brindan las distintas gamas de tonos que van desde el salmón al coral, pasando por diferentes matices, muestran distintas opciones, haciendo de cada una bebida distinta y única. Pero el color no es el único sello, también los lugares donde se producen, los distintos terruños y los procesos de elaboración marcan la diferencia.
Los vinos blancos son un clásico desde siempre. Asociados al verano y a la ligereza del clima, son muy fáciles de beber y de maridar con menús frescos, sobre todo aquellos en donde las abundan las verduras crudas, las carnes blancas y los frutos de mar como los palitos de cangrejos, más conocidos como kanikamas, sardinas, merluzas y caballas.
Aquí entran a jugar las cepas como chardonnay y sauvignon blanc con sus aromas tropicales y notas minerales. Lo que destaca en primer lugar en estos vinos es la acidez, característica que le confiere frescura para enfrentar el calor y combinar con los platos frescos del verano, salados y dulces, como las copas con frutas y helados.
Torrontés y Rosé
El torrontés, cepa emblemática del Valle Calchaquí, invita a disfrutar en el verano de tragos especiales, cuidando la temperatura de servicio que varía entre los 8 y 12 grados, una buena forma de resaltar aromas y sabores. Incorporar cubitos de hielo también es una excelente opción, así como servirlo en copas grandes transparentes, donde se pueden apreciar mejor los colores y el bouquet.
Con su característico aroma a flores blancas y una boca donde se destacan las frutas frescas, las noches estivales invitan a probar el Torrontés de Bodega Federico Mena Saravia, en el extremo de los Valles Calchaquíes, en Hualfín, Catamarca, destacado por Tim Atkin con 93 puntos. La amplitud térmica y la altura de este “terroir” brindan unas cualidades únicas a sus vinos, que ya se exportan a los países del Este.
En la gama de los rosados destacan los elaborados con las cepas malbec y garnacha, ya que tienen notas de frutas frescas, flores y a veces cítricas, ideales para destacar los sabores. Una excelente opción es el Viña Centenaria Rosé de la Bodega Federico Mena Saravia, de cepa malbec, un vino que es un amor a primera vista, ya que su presentación atrapa con un color cereza y tintes rubíes. Otra opción es Tukma Rosé, de la Bodega Tukma, elaborado con malbec de viñas de 12 años de antigüedad de Tolombón, en los Valles Calchaquíes.
Los maridajes juegan un papel estelar. Estos rosados combinan a la perfección con pescados a la parrilla, ensaladas de verduras coloridas como zanahorias y remolachas y tapas de todo tipo. Los vinos blancos son amigos del sushi, de los mariscos y por qué no de postres livianos como ensaladas de frutas o tartas con frutos frescos. Eso sí, el secreto está en lograr un equilibrio entre la acidez del vino y los componentes del plato.
Guía de tragos para acompañar el verano
En la diversidad está el gusto. Por eso las opciones van desde el Spritz de Rosado Tropical hasta un Blanco con Durazno y Romero. El spritz se prepara con vino rosado, jugo de maracuyá, soda o agua tónica, hielo y refrescantes hojas de menta. El Blanco con Durazno y Romero lleva 150 ml de vino blanco, 50 m de jugo de durazno, romero fresco y hielo.
Los fanáticos de los cítricos rinden culto al Blanco Cítrico Refrescante, con vino blanco seco, jugo de limón, una pequeña parte de azúcar, rodajas de lima y hielo. A su vez, los enamorados de los frutos del bosque tienen un trago elaborado con vino rosado, soda, frutos rojos como frambuesa, arándanos y un toque de hielo.
El Frosé de Frutas es un trago riquísimo, que combina vino rosado, frutas congeladas como frutillas y duraznos y una cucharita de miel. ¿Quién no tiene hoy en su freezer frutas? Este trago hace las veces también de un superpostre estival.
Las opciones son tentadoras. Lo importante es amalgamar los gustos personales con la calidad de los vinos que acompañan los tragos. Después de todo, dicen que el mejor vino es el que a uno más le gusta. Si aplicamos esta regla a los tragos, bien vale probar de todo un poco para elegir lo que mejor se lleva con nuestra personalidad.