La multinacional Nestlé detendrá la producción en su planta de Villa Nueva, Córdoba, durante el mes de marzo y obligará a sus 189 empleados a tomar vacaciones forzadas. La decisión se debe a un exceso de stock y una caída en las ventas tanto a nivel local como en el mercado de exportación.
Fernando Martín Páez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) de Villa María, criticó la medida y reveló detalles de una reunión con la empresa. «La gerencia y recursos humanos nos dijo que la planta va a estar paralizada todo el mes de marzo porque están sobreestockeados de alimentos y no los pueden vender», señaló Páez en una entrevista para Radio 10.
«Nosotros lo charlamos con la empresa y entendemos la situación porque el contexto económico y social del país no es el mejor y menos para Nestlé que tiene instalaciones para exportar y por el tipo de cambio (barato) no le conviene para exportar y sí le conviene traer productos de afuera».
El sindicalista explicó el impacto de la medida en los trabajadores y en la comunidad local. «Producimos leche en polvo en grandes volúmenes de 25 kg y 1000 kg todo para exportación. Hay 200 trabajadores aproximadamente en la fábrica, que está radicada en Villa Nueva, una localidad que tiene 35.000 habitantes y que está pegada a Villa María, que tiene 90.000 habitantes», comentó.
Páez también mencionó que intentaron ofrecer alternativas a la empresa para evitar la paralización de la planta. «Nosotros le pedimos que impongan promociones para vender más mercadería y no tomar este tipo de medidas que generan una psicosis en los trabajadores que se toman vacaciones obligadas que no saben cómo terminan».
El dirigente gremial remarcó que la decisión empresarial afecta directamente la estabilidad de los empleados y cuestionó el contexto político en que se da esta situación. «El 80% de la planta de Nestlé votó a Milei».
Nestlé no es la única industria con problemas económicos en la Argentina
El antecedente inmediato de esta situación se encuentra en otras empresas que han tomado decisiones similares en los últimos meses. Acindar paralizó su producción en diciembre y adelantó vacaciones a más de 700 empleados. En junio, seis automotrices, entre ellas Toyota, Renault y General Motors, suspendieron actividades por nueve días. En mayo, Whirlpool redujo su personal en la planta de Pilar.
Hasta el momento, la empresa no ha dado señales de revisar su decisión, y el futuro de la planta de Villa Nueva dependerá de la evolución de la demanda y el mercado cambiario.
