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ECONOMÍA

¿Cierre inminente?: Nissan paraliza su producción en Córdoba y crece la incertidumbre en la industria automotriz

La automotriz japonesa podría relocalizarse fuera del país, afectando cientos de empleos directos e indirectos que ofrece en la Argentina.

Nissan

La crisis en la industria automotriz argentina se profundiza con la paralización de la producción de Nissan en Córdoba y la creciente posibilidad de que la firma se retire del país. Aunque la empresa aún no emitió un comunicado oficial sobre el cierre de su planta en Santa Isabel, los trabajadores y proveedores ya se preparan para el impacto, mientras el mercado automotor nacional se contrae y crecen las importaciones de vehículos.

Nissan, que en 2024 había manifestado optimismo respecto al rumbo económico del Gobierno de Javier Milei, enfrenta una caída en sus ventas a nivel global y evalúa relocalizar su producción en otro país. Su presencia en Argentina emplea de manera directa a 600 trabajadores y a cientos más a través de empresas autopartistas, que ahora ven amenazada su continuidad.

Golpe a la producción nacional y al empleo

En la planta de Córdoba, Nissan fabrica las pickups Frontier y Renault Alaskan, además de modelos como Renault Logan, Sandero y Stepway. El esquema de producción se sostenía mediante un acuerdo con Renault, que prestaba sus instalaciones a la automotriz japonesa. Sin embargo, el pacto se rompió, lo que precipitó la crisis en la terminal cordobesa.

El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) mantuvo reuniones con la dirigencia empresarial y confirmó que la salida de Nissan se concretará a fines de 2025, aunque se intentará evitar despidos masivos. Paralelamente, la autopartista Maxion Montich, encargada de fabricar chasis para Nissan, también podría cerrar su planta debido a la falta de demanda.

Crecen las importaciones mientras cae la producción local

La crisis en la industria automotriz no es un hecho aislado. En 2024 se patentaron 414.041 vehículos, lo que representa una caída del 7,9% respecto al año anterior. Mientras tanto, el mercado de autos de lujo experimenta un auge, impulsado por la apertura de las importaciones y la reducción de impuestos a modelos de entre 41 y 75 millones de pesos, como el Nissan X-Trail y el Nissan Sentra.

Este cambio en el esquema de comercialización ha favorecido a los vehículos importados, mientras que la producción local se achica y enfrenta despidos. En el sector advierten que sin medidas que protejan la industria nacional, la salida de Nissan podría ser solo el principio de un deterioro más profundo.

La crisis se extiende a otras automotrices

El impacto de la crisis en el sector ya afecta a otras terminales. En la planta de Toyota en Zárate, se registraron despidos sin causa con indemnizaciones agravadas, y se estima que otros 200 trabajadores podrían ser desvinculados en los próximos meses. En Mercedes Benz, en La Matanza, el sindicato teme despidos en su fábrica de la Sprinter, en medio de negociaciones por la venta de la planta.

Además, la autopartista japonesa Pilkington, que fabrica cristales para vehículos en Munro, Vicente López, despidió trabajadores durante sus vacaciones, pese a una orden judicial que impedía la medida. La incertidumbre laboral y la reducción de inversiones son señales preocupantes para el futuro del sector.

El esquema económico del Gobierno de Javier Milei, basado en la apertura de importaciones y la eliminación de subsidios a la industria, está generando efectos negativos en sectores estratégicos. Aunque el Poder Ejecutivo apuesta a una economía más competitiva, la falta de incentivos para la producción local parece dejar sin empleo a miles de trabajadores.