La eliminación de la triangulación entre prepagas y obras sociales, establecida por la resolución 1/2025, generó un nuevo escenario en el sistema de salud argentino. Sin embargo, lejos de una desvinculación total, las entidades del sector están explorando acuerdos y contratos para mantener la cobertura médica sin grandes modificaciones para los afiliados.
La normativa impulsada por el Gobierno permite que los afiliados deriven sus aportes directamente a una prepaga sin pasar por una obra social. No obstante, alrededor de un millón de personas se encuentran en una situación intermedia, debiendo decidir si mantener sus aportes en su obra social de origen o pasarlos a una empresa privada de salud.
A pesar de la eliminación de la intermediación, las prepagas y las obras sociales pueden seguir estableciendo convenios entre sí, lo que permitiría a los afiliados continuar accediendo a servicios médicos sin cambios notorios en su cobertura.
El modelo de «salud complementaria»
La alternativa que comienza a ganar terreno es la denominada «cobertura de salud complementaria», un esquema en el que las obras sociales seguirían contratando los servicios de las prepagas, pero sin triangular aportes.
Según fuentes del sector, este modelo se basa en la contratación de servicios de salud bajo un esquema de pago per cápita. Las obras sociales pagarían a las prepagas por el acceso a su red de prestadores sin gestionar los aportes de los afiliados.
Este mecanismo no es nuevo. En los años 90, cuando se habilitó la derivación de aportes a las prepagas, surgieron tres tipos de obras sociales. Las obras sociales «cáscara vacía» fueron creadas exclusivamente para triangular aportes sin ofrecer prestaciones reales, estructuras que tenderán a desaparecer con la nueva normativa.
Las pequeñas o medianas históricamente establecieron acuerdos con las prepagas y ahora buscan mantener esos convenios mediante contratos directos. Por su parte, las grandes nunca participaron de la triangulación y ahora observan cómo las entidades más pequeñas intentan adaptarse a los cambios.
El impacto en los afiliados
El principal cambio que percibirán los afiliados es la posible existencia de «dos ventanillas» para gestionar su atención médica. Aunque deriven sus aportes a una prepaga, es probable que, en casos de tratamientos de alto costo o servicios específicos como discapacidad y reproducción asistida, las prepagas continúen recurriendo a las obras sociales para la cobertura.
Según Rubén Torres, exsuperintendente de Servicios de Salud (SSS), este tipo de acuerdos ya existía antes de la posibilidad de derivar aportes. «Las obras sociales pueden contratar a las prepagas como proveedoras de servicios sin necesidad de triangular aportes», explicó.
En cambio, Fernando Coppolillo, director de la consultora Managed Medical Care, consideró que el modelo genera una fragmentación en el acceso a la salud y planteó la necesidad de que los afiliados puedan gestionar toda su cobertura desde un solo lugar.