El peritaje del celular de Fernando Sabag Montiel, principal acusado del atentado a Cristina Kirchner, debía realizarse este martes en la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP). Sin embargo, un inesperado corte de luz obligó a suspender el procedimiento hasta nuevo aviso.
El análisis había sido ordenado por el Tribunal Oral Federal 6 (TOF6) y se realizaría en una sede de la Procuración General de la Nación. «La medida se suspende por cuestiones de fuerza mayor ocasionadas por un corte de suministro eléctrico en el edificio de la DATIP, lo que impide el normal desenvolvimiento de las tareas técnicas», señala el acta oficial.
Dificultades para acceder al teléfono
El celular de Sabag Montiel es una pieza clave en la investigación, pero abrirlo no es una tarea sencilla. Según el periodista Tuny Kollmann, el peritaje se realizará con un software israelí llamado Cellebrite, utilizado por fuerzas policiales de distintos países. Su uso requiere una coordinación internacional.
“No es fácil desbloquear el teléfono. Si se hace mal, podría bloquearse para siempre”, explicó Kollmann en declaraciones televisivas.
Una última oportunidad para recuperar información
El acceso al dispositivo se considera la última oportunidad de obtener datos relevantes sobre el intento de asesinato contra la exmandataria. Los peritos advirtieron que el procedimiento implica riesgos y que cualquier error podría dejar el teléfono inutilizado de forma permanente.
El celular de Sabag Montiel quedó bloqueado poco después del ataque a Cristina Kirchner. La jueza María Eugenia Capuchetti ordenó analizarlo de todas formas, pero el dispositivo se reseteó de fábrica, borrando toda su información.
La nueva fecha del peritaje para determinar qué pasó en el atentado a Cristina Kirchner aún no se confirmó. No obstante, los expertos buscan avanzar lo antes posible, ya que cualquier demora podría afectar el desarrollo del juicio.
El 1 de septiembre de 2022, Fernando Sabag Montiel se acercó a la esquina de Juncal y Montevideo, donde militantes kirchneristas apoyaban a la entonces vicepresidenta. Entre la multitud, el vendedor de copos de azúcar sacó un arma mientras su novia, Brenda Uliarte, lo esperaba a pocos metros. Apuntó y gatilló contra Cristina Kirchner, pero el disparo no salió. Los simpatizantes reaccionaron de inmediato, lo redujeron y el arma cayó al suelo.