La decisión del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, de lanzar el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) generó sorpresa y desconcierto en el entorno de Cristina Kirchner. Para la expresidenta y actual titular del PJ, el movimiento no solo fractura aún más al peronismo, sino que además desvía la atención del escándalo del Criptogate que involucra al Gobierno de Javier Milei.
Desde el Instituto Patria, allegados a Kirchner expresaron su malestar ante la iniciativa de Kicillof y sostuvieron que su decisión no sumó nada nuevo al tablero político. “Lo que hicieron fue dividir lo existente. No hay nada novedoso. No trajeron a figuras como Florencio Randazzo o Fernando Gray. Ni siquiera están representados Sergio Massa ni Juan Grabois, que son partes importantes de Unión por la Patria”, aseguraron fuentes cercanas a la exmandataria.
El enojo radica en que, lejos de fortalecer una alternativa unificada frente al gobierno libertario, la jugada del gobernador bonaerense fractura aún más al justicialismo. “Es la fuerza política que lo llevó a ser dos veces gobernador de Buenos Aires, diputado y ministro. Nos llama la atención que este movimiento de división se produzca en un momento en el que el Gobierno está cuestionado por la criptoestafa y la Justicia ya empezó a investigar a Milei y a su entorno. No se entiende”, afirmaron.
Kicillof avanza con respaldo de un sector, pero pierde apoyo clave
Si bien el MDF cuenta con el apoyo de intendentes poderosos como Julio Alak (La Plata), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Ishii (José C. Paz), Fernando Espinoza (La Matanza) y Mario Secco (Ensenada), además de referentes sindicales y sociales como Hugo Yasky y Daniel Gollán, en el Instituto Patria destacan que se quedó con un sector minoritario del panperonismo bonaerense.
“Además de dividir, Axel se quedó con la parte más pequeña. En la Legislatura, los diputados y senadores que firmaron son minoritarios. En este momento tan difícil, rompe los bloques legislativos y se queda con la parte más chica. No entendemos”, señalaron.
Esta fractura podría complicar la gobernabilidad de Kicillof en la provincia, ya que en los próximos meses deberá enfrentar debates clave, como la aprobación del Presupuesto, el nombramiento de jueces y la discusión sobre tarifas. La pérdida de respaldo dentro de la Legislatura bonaerense podría debilitar su capacidad de negociación, especialmente con el PJ nacional y la estructura que conduce Máximo Kirchner.
Un movimiento que sorprende en plena crisis de Milei
Desde el kirchnerismo consideran que el lanzamiento del MDF no solo perjudica al peronismo, sino que además le quita presión a Milei en un momento clave. Mientras el presidente enfrenta el escándalo del Criptogate y la Justicia avanza con las primeras medidas de investigación, el peronismo se encuentra enfrascado en una disputa interna que desvía la atención.
“La oposición debería estar golpeando fuerte por el escándalo de $LIBRA, pero en cambio estamos debatiendo si Axel se corta solo o no. Milei desde Estados Unidos está aplaudiendo”, afirmaron desde sectores de Unión por la Patria que no participaron del lanzamiento.
El discurso del MDF y la estrategia de Kicillof
El gobernador bonaerense justificó su movimiento asegurando que busca reconstruir el peronismo como una alternativa frente al gobierno libertario. En un primer documento difundido en redes sociales, el MDF plantea que “el peronismo enfrenta un desafío histórico: reconstruirse para liderar una alternativa al experimento de ajuste y crueldad que lleva adelante el Gobierno Nacional de Javier Milei”.
Desde el entorno de Kicillof aseguran que el MDF “no significa ruptura ni es contra nadie”, pero en La Cámpora y otros sectores del peronismo no lo ven de la misma manera.
Con este movimiento, el gobernador bonaerense busca posicionarse de cara a una eventual candidatura presidencial en 2027, pero el riesgo de quedar aislado dentro del peronismo es alto. Su desafío será lograr consolidar su espacio sin generar un quiebre irreversible dentro de Unión por la Patria, en un contexto donde la unidad es clave para enfrentar a Milei.
Por ahora, en el Instituto Patria reina el desconcierto. La preocupación no solo es por la fragmentación del espacio, sino por el hecho de que la oposición perdió una oportunidad de capitalizar el desgaste del oficialismo y mantener la presión sobre un Gobierno que atraviesa su primer gran escándalo de gestión.