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ECONOMÍA

El consumo masivo en enero registró una caída del 10,5%: no se muestran indicios de recuperación económica en el sector

Los expertos sugieren que la contracción responde a una pérdida estructural del poder de compra de los hogares.

Consumo masivo

La caída del consumo masivo se profundizó en el primer mes de 2025, confirmando que la desaceleración de la inflación no se tradujo en una mejora del poder adquisitivo. Según un informe de la consultora Scentia, las ventas en supermercados y autoservicios registraron un desplome del 10,6% interanual, marcando trece meses consecutivos de retroceso en el sector.

El deterioro del consumo en enero se dio en un contexto de estabilidad cambiaria y menor inflación, lo que sugiere que la contracción responde a una pérdida estructural del poder de compra de los hogares. La comparación interanual es aún más significativa si se tiene en cuenta que en enero de 2024 el consumo ya venía en caída tras la devaluación aplicada por el gobierno de Javier Milei.

El informe de Scentia reveló que las ventas en supermercados de cadena retrocedieron un 7,2% interanual. A primera vista, este dato podría interpretarse como una desaceleración respecto al desplome del 18% registrado en diciembre. Sin embargo, el consumo en grandes cadenas ya había caído 8,3% en enero de 2024, lo que significa que el sector se encuentra un 16% por debajo de los niveles de enero de 2023.

Mayor impacto en autoservicios y comercios de cercanía

El retroceso fue aún más pronunciado en los autoservicios independientes y comercios de proximidad, donde el consumo cayó un 13,5% interanual. La baja fue más fuerte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con una retracción del 17,1%, mientras que en el interior del país la merma fue del 11,6%.

En el caso de los supermercados de cadena, la caída fue del 8,4% en el AMBA y del 6,3% en el interior. Este fenómeno refleja que el ajuste en el consumo afecta con mayor intensidad a los sectores de menores ingresos, que dependen de los autoservicios y almacenes barriales para sus compras diarias.

Rubros más afectados

El informe de Scentia detalló que la caída en el consumo se extendió a todos los rubros, con una fuerte retracción en productos de alto consumo diario. Las bebidas alcohólicas lideraron la caída con un 19,3%, seguidas por los productos de consumo impulsivo (17,4%) y las bebidas sin alcohol (16,8%). También se registraron bajas en desayuno y merienda (9,8%), higiene y cosmética (8,2%), limpieza de ropa y hogar (7,9%), alimentación (5,4%) y productos perecederos (1,1%).

El desplome del consumo en sectores básicos confirma que la crisis sigue golpeando de manera directa a los hogares, afectando tanto la compra de productos esenciales como el acceso a bienes de mayor valor agregado.

El impacto de los servicios y la inflación en el consumo

Pese a la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la inflación sigue afectando la capacidad de compra de los consumidores, especialmente por el aumento sostenido de los servicios esenciales. En enero, el INDEC informó que la inflación general fue del 2,2%, pero con una gran disparidad: mientras los bienes aumentaron 1,5%, los servicios registraron una suba del 3,8%.

Esto implica que incluso aquellos trabajadores cuyos salarios lograron empatar con la inflación vieron reducida su capacidad de compra en bienes de consumo masivo, ya que una mayor proporción de sus ingresos se destina al pago de tarifas de servicios, transporte y vivienda.

¿Puede haber una recuperación en el consumo?

El panorama para los próximos meses no es alentador. Si bien las comparaciones interanuales empezarán a realizarse contra los meses de mayor caída de 2024, lo que podría generar un rebote estadístico, en el sector no se esperan mejoras significativas en términos reales.

Desde las grandes cadenas de supermercados advierten que no hay variables que permitan prever una recuperación sólida del consumo, ya que el ajuste en los ingresos sigue siendo el principal factor de contracción. Además, las negociaciones paritarias impulsadas por el Gobierno buscan contener los aumentos salariales, lo que limitaría aún más la capacidad de compra de los hogares.