El gobierno de Javier Milei evalúa la posibilidad de retirar a la Argentina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en una decisión alineada con la postura de Estados Unidos e Israel, que recientemente tomaron la misma medida. La noticia fue confirmada por fuentes cercanas a la Casa Rosada, que aseguran que la diplomacia argentina podría romper con el organismo debido a su sesgo ideológico y su falta de efectividad en la defensa de los derechos fundamentales.
Un indicio clave de este posible alejamiento se dio en la sesión especial del Consejo celebrada ayer para tratar las violaciones a los derechos humanos en la República Democrática del Congo, en la que Argentina no se inscribió para participar. Washington también optó por no intervenir en el debate.
Un organismo en la mira y las críticas al sesgo político
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, compuesto por 47 Estados miembros elegidos por la Asamblea General de la ONU, ha sido objeto de múltiples cuestionamientos en los últimos años. Estados Unidos se retiró del organismo en 2018 durante el gobierno de Donald Trump, denunciando su parcialidad en contra de Israel y la presencia de países con antecedentes de violaciones a los derechos humanos. En 2021, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, Estados Unidos volvió a integrarlo, aunque con fuertes críticas a su funcionamiento.
Un factor que pesa en la posible salida de Argentina es el historial del Consejo en relación con Israel. Según expertos diplomáticos consultados, en los últimos años el organismo ha emitido más de 150 declaraciones contra el Estado de Israel. Muchas de ellas criticando sus medidas de defensa ante ataques de grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, con respaldo de Irán. La semana pasada, Israel anunció su retiro definitivo del Consejo, al que calificó de «órgano parcializado que ha estado del lado de las dictaduras».
Consecuencias diplomáticas de una salida argentina
Argentina fue parte del Consejo entre 2019 y 2024 y presidió el organismo en 2022, durante el gobierno de Alberto Fernández. Para volver a postularse en el futuro, debería esperar un año y someterse a votación en la Asamblea General de la ONU en 2025.
Según fuentes diplomáticas, el país ya habría asegurado los votos necesarios para ser reelecto en el período 2026-2028. Sin embargo, si decide romper con el Consejo, la imagen internacional de Argentina en materia de derechos humanos podría verse afectada.
Un eventual retiro también generaría un vacío en el espacio latinoamericano dentro del organismo. Por ejemplo, cediendo terreno a países como Cuba, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Honduras. Los cuales han sido señalados por su resistencia al escrutinio internacional en derechos humanos. Además, fortalecería la influencia de naciones como China, Rusia, Corea del Norte y Siria. Y que integran el grupo de países «Like Minded» y rechazan la intervención externa en sus asuntos internos.
Un precedente con la salida de la OMS y otras decisiones geopolíticas
El posible retiro del Consejo de Derechos Humanos se suma a la reciente decisión de Argentina de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un organismo al que el gobierno de Milei ha acusado de actuar con sesgo político y de haber tenido un rol cuestionable durante la pandemia de COVID-19.
La salida de la OMS fue acompañada de duras críticas del gobierno argentino, que incluso amenazó con denunciar a la organización ante la Corte Penal Internacional (CPI) por «presuntos delitos de lesa humanidad cometidos durante la pandemia mediante medidas de confinamiento que afectaron a la población mundial».
El trasfondo de la sesión sobre la crisis en el Congo
Mientras Argentina analiza su salida del Consejo, la ONU enfrenta una de sus crisis humanitarias más graves en la República Democrática del Congo. El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado urgente a detener la escalada de violencia en el país africano.
«Silencien las armas. Respeten la soberanía y la integridad territorial de la República Democrática del Congo. Miles de personas han sido asesinadas, entre ellas mujeres y niños, y cientos de miles se han visto obligados a abandonar sus hogares», advirtió Guterres.