El exjuez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, criticó con dureza la decisión del presidente Javier Milei de nombrar en comisión a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla como jueces del máximo tribunal. Zaffaroni advirtió sobre la inconstitucionalidad de la medida y planteó que las firmas de futuras sentencias que hagan ambos magistrados serán nulas, salvo que el Senado se expida antes a favor de las designaciones.
«Mauricio Macri cuando era presidente lo quiso hacer pero los dos que asumieron (Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz) lo hicieron con previo acuerdo del Senado. Ningún juez sin acuerdo del Senado firmó una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Esto no pasó nunca salvo en los gobiernos de facto a partir de 1955», afirmó Zaffaroni en una entrevista para la radio AM 750, diferenciando la situación actual de antecedentes previos.
El exministro de la Corte remarcó la importancia del consenso legislativo en la designación de magistrados. «La Constitución establece una mayoría calificada que no la puede tener ningún Poder Ejecutivo salvo que haya ganado en todas las provincias. La Constitución te obliga a negociar el candidato a poner en la Corte. El presidente Milei se debe poner de acuerdo con la oposición», subrayó.
La advertencia de Zaffaroni a los actuales integrantes de la Corte Suprema de Justicia
En esa línea, Zaffaroni alertó sobre las consecuencias que podría acarrear la firma de sentencias por parte de jueces designados sin el procedimiento constitucional correspondiente. «Si los jueces de la Corte firman la entrada de Lijo y Mansilla que no están nombradas constitucionalmente, eso sería una usurpación de funciones para los dos que asumen. Si Lijo y Mansilla asumen y firman futuras sentencias pueden ser nulas. No sé si se van a animar a asumir y si la Corte le toma juramento sería una participación en un delito», expresó.
El constitucionalista también opinó sobre la falta de reacción del Congreso frente a esta medida del Ejecutivo. «Pero el Congreso no lo va a rechazar, porque está pulverizado», sentenció, describiendo la crisis de representatividad que atraviesa el Parlamento.
«Estamos en una profunda crisis política en el país y no es la primera. Hay diputados y senadores que votan una cosa y al siguiente día otra cosa», agregó, aludiendo a la volatilidad de las decisiones legislativas y la falta de una postura clara en el Congreso frente a medidas controvertidas.