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POLÍTICA

Javier Alonso, ministro de Seguridad de Axel Kicillof, afirmó que «no hay una crisis de seguridad como la que hubo en Santa Fe»

Kicillof y su equipo se aferran a discursos y estadísticas, en lugar de plantear una estrategia para combatir el crimen.

Javier Alonso

El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, intentó minimizar la escalada de violencia en la provincia de Buenos Aires y negó que la situación sea comparable con la crisis que atraviesa Santa Fe. En medio de un contexto marcado por asesinatos resonantes y el reclamo de intendentes peronistas para que el gobierno provincial pida refuerzos federales, el funcionario insistió en que «no hay una crisis de seguridad» en el distrito.

Mientras la inseguridad se cobra nuevas víctimas, el gobierno de Axel Kicillof persiste en su postura de no solicitar apoyo a las fuerzas federales, argumentando que la provincia «ya cuenta con efectivos» desplegados en el territorio.

Negación y falta de respuestas ante el reclamo de intendentes

En una entrevista con Radio Mitre, Alonso aseguró que «hay un montón de fuerzas federales en la provincia de Buenos Aires» y desestimó la necesidad de un refuerzo. «Nosotros no tenemos problemas, no hay una crisis como la que hubo en Santa Fe. Mientras en Buenos Aires hay 4,5 homicidios cada 100.000 habitantes, en Santa Fe la cifra llega a 17. Obviamente, todas las fuerzas que vengan o se fortalezcan son bienvenidas», sostuvo, intentando desviar la atención de los alarmantes niveles de violencia que afectan al conurbano.

El funcionario también defendió la estrategia del gobierno nacional en materia de narcotráfico y control de fronteras, señalando que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mantiene un plan enfocado en esos ejes. Sin embargo, no explicó cómo su administración planea abordar la inseguridad que afecta a miles de bonaerenses en su vida cotidiana.

Un discurso que choca con la realidad

Pese a los intentos de Alonso por relativizar la crisis de seguridad en Buenos Aires, los hechos desmienten su postura. En los últimos días, la violencia en el conurbano se cobró la vida de cinco personas en tres tiroteos distintos, sumándose a casos recientes como el asesinato del kiosquero en Mar del Plata y el crimen del repartidor en Moreno.

Ante la falta de medidas concretas del gobierno provincial, intendentes peronistas del Gran Buenos Aires han expresado su descontento y han reclamado que Kicillof gestione un refuerzo inmediato de la Gendarmería en sus distritos. A pesar de ello, el gobernador sigue evadiendo el tema y opta por culpar a la Nación por la crisis que afecta a su provincia.

Alonso, en un intento por justificar su gestión, aseguró que se han desmantelado 40 bandas criminales en el último año y que los homicidios bajaron un 10% en enero de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior. También destacó que las estadísticas son auditadas por la Procuración, «un ente autónomo con un funcionario que ni siquiera es de nuestra fuerza política». Sin embargo, las cifras oficiales no reflejan la sensación de inseguridad que viven diariamente los bonaerenses.

Kicillof y la estrategia de minimizar el problema

El gobierno bonaerense continúa aplicando la estrategia kirchnerista de minimizar la inseguridad, culpando a terceros y evitando asumir responsabilidades. Mientras la violencia sigue en aumento, Kicillof y su equipo se aferran a discursos vacíos y estadísticas acomodadas, en lugar de aplicar medidas efectivas para combatir el crimen.

Alonso cerró su intervención insistiendo en que la seguridad bonaerense «se maneja con un enfoque integral» y pidió no «generar tanta violencia que después no se pueda controlar», una frase que deja más dudas que certezas sobre la capacidad del gobierno provincial para abordar la crisis.

La realidad es que la provincia de Buenos Aires vive una situación crítica en términos de seguridad, y el negacionismo del gobierno de Kicillof no hace más que profundizar la incertidumbre de los bonaerenses que siguen esperando respuestas concretas ante el avance del delito.