El Gobierno de Javier Milei apuesta a profundizar la desinflación tras el 2,2% registrado en enero y apunta a perforar la barrera del 2% en febrero. Para lograrlo, el equipo económico liderado por Luis Caputo decidió reducir el crawling peg al 1% mensual, con el objetivo de que una parte significativa de la canasta de precios del INDEC se alinee con esa pauta.
Sin embargo, la fuerte suba en el precio de la carne podría actuar como un factor de resistencia en el proceso de desaceleración inflacionaria. Según los relevamientos privados, este rubro tiene un impacto determinante en el IPC general y su comportamiento en las próximas semanas será clave para definir la cifra de inflación de febrero.
El dólar como ancla antiinflacionaria
Desde su llegada al Gobierno, el equipo económico de Milei utilizó el tipo de cambio oficial como un factor clave para frenar la escalada inflacionaria. Hasta febrero, el crawling peg se mantenía en un ajuste del 2% mensual, pero con la reciente decisión de reducirlo al 1%, la estrategia busca consolidar la estabilidad cambiaria y su impacto en los precios.
El ministro de Economía expresó su optimismo sobre la continuidad del proceso de baja de la inflación. «Ojalá empiece en febrero con 1, el proceso de desinflación va a continuar, el orden macro va a continuar. El proceso es inevitable y esperamos que siga sorprendiendo», afirmó.
Distintos economistas advierten que el Gobierno necesita sostener esta política para evitar presiones sobre el dólar. Según Portfolio Personal Inversiones, «el IPC de enero luce como un techo para los próximos meses, siempre que el esquema cambiario siga en pie».
El factor carne y el impacto en la inflación
Uno de los principales desafíos en el esquema antiinflacionario del Gobierno es la evolución del precio de la carne, que tiene un peso del 7% en la canasta del IPC. En la primera semana de febrero, los relevamientos privados registraron un incremento del 1,5% en alimentos y bebidas, principalmente en el Gran Buenos Aires, debido a la suba de este producto clave.
La consultora Analytica proyectó una inflación del 2% para febrero, mientras que LCG detectó en la segunda semana del mes una leve caída del 0,1% en los precios, lo que podría indicar una estabilización tras el fuerte aumento inicial.
Según CyT Asesores Económicos, los datos relevados hasta ahora sugieren que la inflación de febrero podría ubicarse entre el 1,5% y el 2%, consolidando la tendencia de desaceleración de los precios.
Las expectativas del mercado y la apuesta oficial
En el mercado financiero, los analistas advierten que el atraso cambiario podría generar expectativas de devaluación en el mediano plazo, aunque destacan que, por el momento, el esquema del Gobierno sigue siendo efectivo.
Para el Grupo SBS, «el principal factor que explica la desinflación de los últimos meses fue la apreciación cambiaria», y advierten que las cuentas externas serán un punto de atención clave durante el año.
En ese sentido, dos factores serán determinantes en la nominalidad de los próximos meses: los salarios y las tarifas de los servicios públicos. Mientras el Gobierno trabaja en negociaciones para evitar grandes saltos en las paritarias, también busca controlar el impacto de los aumentos tarifarios en el índice de precios.
Según los analistas de SBS, «será clave ver qué tan rápido logra el Gobierno que servicios y salarios puedan converger al ritmo del crawling peg, dado que de esa forma el costo de la decisión de desacelerar el crawl será menor en materia de apreciación».
Un desafío clave en la política económica de Milei
El plan económico del Gobierno de Javier Milei sigue su curso con un enfoque claro: ajuste fiscal, restricción monetaria y estabilidad cambiaria como pilares para reducir la inflación.
Si bien los primeros resultados son alentadores, el desafío en los próximos meses será sostener la desaceleración sin generar distorsiones en la competitividad del tipo de cambio y sin reavivar expectativas de devaluación.
Con el crawling peg reducido al 1% y la apuesta por anclar los precios, el equipo de Caputo busca consolidar un sendero de estabilidad que permita llegar a fin de año con una inflación de un dígito. Sin embargo, el impacto de factores externos como el precio de los alimentos y la evolución del mercado laboral serán determinantes en el éxito de esta estrategia.