Dentro del universo de las apuestas online, el juego responsable se constituye en términos de un aspecto fundamental para poder garantizar una experiencia tanto segura como entretenida para los usuarios.
Así, por ejemplo, hay casos de empresas proveedoras que, desde sus inicios, se han mostrado comprometidas con este aspecto y, desde el preciso momento en que llegó a Argentina, constituyeron al juego responsable en términos de la piedra fundacional del negocio y en el centro mismo de los esfuerzos de sostenibilidad.
Se sabe que el juego no es inocuo a los riesgos. De ese modo, es central contar con herramientas como evaluaciones de riesgo, restricciones en términos de depósito y gasto, fomento de autoexclusión, pausas en el juego y verificación de mayoría de edad.
Herramientas de esta índole están pensadas para ayudar a los usuarios a mantener el control y pensar el juego como un pasatiempo controlado. Asimismo, se precisa contar con un equipo especializado para abordar problemas vinculados al juego, invirtiendo de manera constante en herramientas y tecnología con el objetivo de promover un entorno de juego más saludable.
La sombra de la ilegalidad
No obstante, siempre que exista un negocio rentable, el acecho del mercado ilegal se hace patente. En lo que respecta al caso puntual de las apuestas ilegales en Argentina, aquel acecho supone un riesgo sensible para los usuarios. Un reciente estudio de la Asociación de Loterías Estatales Argentinas (ALEA) develó que cerca del 80% de los apostadores argentinos, lo cual se corresponde con más de once millones de personas, lo llevan a cabo mediante plataformas ilegales.
El escenario del hampa, todavía más copioso que el circuito legal, opera sin ningún tipo de regulación ni pago de impuestos. Asimismo, está siempre latente el peligro de estafas y fraudes. El furor de las apuestas clandestinas constituye no solamente una pérdida en términos financieros para el Estado, el cual se priva de recaudar millones de pesos en impuestos, sino que, sobre todo, expone a los usuarios a graves riesgos, en lo que respecta a la protección de datos personales, estafas y el ingreso de menores de edad.
Ante semejante panorama, cabe recordar iniciativas como la campaña de juego responsable que Boca Juniors promovió el año pasado como un modo de fomentar el abordaje de esta temática en el ámbito deportivo profesional. Es así que la clave se asienta en apostar por la legalidad y el cuidado del usuario. Optar por plataformas reguladas y comprometidas con el juego responsable y seguro garantiza a los usuarios una experiencia agradable sin arriesgar su bienestar ni contribuir la proliferación del mercado ilegal. Asimismo, es clave que las autoridades intensifiquen los controles y la fiscalización en la lucha contra el juego clandestino y de ese modo proteger a los ciudadanos, y fundamentalmente a los adolescentes, de los riesgos vinculados con estas prácticas.
