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POLÍTICA

La reacción del arco opositor a la controversia de Javier Milei por la criptomoneda: de Cristina Kirchner a Axel Kicillof

Los kirchneristas, con varios condenados por corrupción entre sus filas, en un intento de desgastar la imagen presidencial.

Cristina Kirchner

Desde el kirchnerismo aprovecharon la reciente polémica por la promoción de una criptomoneda en redes sociales por parte del presidente Javier Milei para lanzar una ofensiva mediática con el único objetivo de minar su imagen. Entre los principales referentes que salieron a criticarlo estuvieron Cristina Kirchner, Axel Kicillof y varios legisladores afines al peronismo, quienes buscaron instalar la idea de que el mandatario estuvo involucrado en un esquema fraudulento.

Como es habitual, la estrategia del kirchnerismo fue la misma de siempre: sobreactuar la indignación, utilizar la moral como bandera y desviar la atención de sus propios escándalos de corrupción.

Cristina Kirchner: el eterno discurso de la indignación selectiva

Desde su cuenta de X, la expresidenta condenada por corrupción no tardó en sumarse a la ola de críticas contra Milei. «Te fuiste al pasto mal», escribió en una publicación en la que lo acusó de haber promovido una estafa digital, como si desde su espacio político no estuvieran acostumbrados a desfalcar al Estado con mecanismos mucho más elaborados y perjudiciales para los argentinos.

«Miles confiaron en vos, compraron caro y en cuestión de horas perdieron millones, mientras unos pocos (me juego la cabeza que todos libertarios) hicieron fortunas con información privilegiada», continuó, obviando, claro, que su propio gobierno dejó un país devastado económicamente, con niveles récord de pobreza e inflación.

Lo más llamativo del mensaje de Kirchner no fue su tono, sino la hipocresía. La misma dirigente que terminó condenada por corrupción ahora pretende erigirse en defensora de la transparencia financiera.

Axel Kicillof: de fracaso en fracaso, pero siempre listo para la crítica

Otro de los que no perdió la oportunidad de subirse a la ola de críticas fue Axel Kicillof, quien, a pesar de haber dejado la provincia de Buenos Aires en un estado crítico, tuvo tiempo para acusar a Milei de haber sido parte de una «estafa multimillonaria».

«Esto no tiene precedentes. Es una típica estafa piramidal con criptomonedas y hay muchísima gente de acá y de otros países que fue engañada», escribió el gobernador en X, sin aportar una sola prueba concreta y sin esperar ninguna investigación judicial.

Es curioso cómo Kicillof se escandaliza ahora por un supuesto fraude digital, cuando durante su gestión en Nación y en la provincia fue protagonista de múltiples irregularidades, desde la manipulación de estadísticas económicas hasta el reparto discrecional de fondos públicos.

El relato opositor: Hagman, Rossi y el coro de los indignados

No podían faltar en este intento de desgaste figuras menores del kirchnerismo y la izquierda como Itai Hagman, Agustín Rossi y varios legisladores peronistas, quienes rápidamente tomaron la bandera del escándalo.

El diputado Hagman armó un extenso hilo en redes sociales intentando explicar en ocho puntos la supuesta estafa, aunque, curiosamente, no mencionó en ninguno de ellos prueba alguna que vincule directamente a Milei con la operatoria de la criptomoneda. Se limitó a sugerir que el presidente «pudo haber beneficiado a testaferros», sin siquiera presentar indicios sólidos.

Por su parte, Rossi, en su eterno papel de indignado profesional, acusó a Milei de «cometer un delito» y de ser «una vergüenza mundial», declaraciones que, viniendo de alguien que formó parte de un gobierno plagado de irregularidades, suenan más a cinismo que a preocupación real por la transparencia.

La doble vara de la oposición

Llama la atención la rapidez con la que el kirchnerismo y sus aliados salieron a condenar a Milei sin pruebas, cuando han defendido durante décadas a funcionarios procesados por causas de corrupción comprobadas. Desde los desfalcos de los fondos de obra pública hasta el saqueo de YPF y el caso de los cuadernos de la corrupción, la lista de escándalos kirchneristas es interminable.

Ahora, con Milei en el poder, intentan instalar un relato en el que el presidente es poco menos que un criminal financiero, a pesar de que el propio mandatario ya aclaró que no tenía vinculación con la criptomoneda y que decidió dejar de difundirla tras informarse sobre su procedencia.

Mientras tanto, el kirchnerismo sigue apostando a la misma estrategia de siempre: sembrar dudas, lanzar acusaciones infundadas y tratar de desgastar al gobierno con operaciones mediáticas. Todo con un solo objetivo: recuperar el poder a cualquier costo.