No hay dudas de que Mañanísima, el ciclo conducido por Carmen Barbieri para Canal Trece, es uno de los programas más destacados de la televisión argentina. No solo sorprenden a los televidentes semanas a semanas con toda la información sobre lo que sucede en el mundo del espectáculo, sino que además tienen las últimas noticias de la actualidad.
En esta oportunidad se metieron de lleno en el Caso Lian, el niño de tres años que lleva cinco días desaparecido en Córdoba. Fue Ignacio González Prieto quien dio detalles exclusivos sobre cómo podría continuar la investigación. «Están dejando caminar a muchos. Cuando las investigaciones te dejan caminar es ‘yo te dejo caminar pero te observo'», comenzó.
«La curandera va a seguir haciendo su vida normal pero la están mirando. Por ejemplo, que le hayan secuestrado la ropa no es un dato menor», señaló Ignacio González Prieto. Tras pedirle a Majo Martino que lo abrace, el periodista explicó: «Con lo que hizo Majo tuvo contacto conmigo, Majo acaba de descargar su genética en mi cuerpo».
«Por lo tanto, si a mí me secuestran la ropa se pueden extraer rastros genéticos de Majo. Puede haber escamación de la piel, rastros de uña, vello, saliva, uñas, y en los casos más extremos de delitos sexuales puede haber sangre, semen, fluidos genitales. Si yo quiero saber si hubo contacto con el nene, habría que ver si la mujer lavó la ropa, ahí sonaste», contó.
«Todos están buscano un cuerpo, vivo o muerto, pero qué pasa si el cuerpo es descartado, quemado, mueven la tierra y lo hacen desaparecer», quiso saber entonces Majo Martino. «Los cuerpos al aire libre se degradan en una semana, dependen de la temperatura, la humedad, la geografía, la fauna, los cambios climáticos. Los cuerpos en el agua se conservan hasta dos semanas. El agua caliente conserva menos que el agua fría», comenzó a enumerar el periodista.
«Los cuerpos enterrados se conservan hasta ocho semanas, luego vas a encontrar huesos y la acción de la fauna cadavérica. Los cuerpos quemados para hacerlos desaparecer los tenés que someter a más de mil doscientos grados», agregó Ignacio González Prieto, a lo que Majo Martino señaló ofuscada: «Las cenizas de las cremaciones. Las tiran al agua y listo». «Lo que pasa es que en los crematorios el cuerpo se disuelve totalmente, no es peritable porque es polvo pero las muelas y dientes no se degradan y pasan a un proceso de trituración», respondió el periodista.
«En caso de que se ponga el cuerpo en bolsas de plástico, ¿los perros detectan igual el olor?», cuestionó entonces el Doctor Capuya. «El tema de colocar el cuerpo en un lugar cerrado hace que contenga los olores, la degradación corporal y la fauna cadavérica. Por eso hay distintos tipos de perros, los que buscan rastros generales en grandes suerpficies, los que buscan rastros específicos o los de RH que son rastros humanos. El problema es que hubo vientos y lluvias muy fuertes, hubo mucha contaminación. Otra cosa es que los hermanitos intercambiaban mucho la ropa, por lo tanto ahí hay contaminación cruzada», sentenció el periodista.
