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ECONOMÍA

Luis Caputo y el equipo económico definieron los nuevos objetivos: inflación por debajo del 2% y un dólar planchado

Enero cerró con cifras alentadoras y las estimaciones sitúan a la inflación entre el 2,3% y 2,4%.

Luis Caputo

El gobierno de Javier Milei avanza con su estrategia económica y ya fijó sus principales objetivos para 2025: reducir la inflación por debajo del 2% mensual y mantener la estabilidad cambiaria. La contundente baja en el índice de precios, el logro económico más relevante del último año, se consolida como un activo clave en el plan del oficialismo, especialmente con la mira puesta en las elecciones legislativas. Y esa será la principal estrategia que intentará ejecutar el ministro de Economía, Luis Caputo.

Enero cerró con cifras alentadoras, con estimaciones que sitúan la inflación entre el 2,3% y el 2,4%, una caída significativa en comparación con los valores heredados del kirchnerismo. Según proyecciones de consultoras privadas, la tendencia seguirá a la baja en febrero, con la posibilidad de perforar el 2% por primera vez en años.

Factores clave han contribuido a esta desaceleración, entre ellos la eliminación del impuesto PAIS, que redujo el costo de los insumos importados, y la estabilización de los precios de la carne, que habían tenido un impacto inflacionario en diciembre. Además, la reducción del crawling peg –la devaluación mensual del dólar oficial– del 2% al 1% busca consolidar el proceso de desinflación sin generar sobresaltos en el mercado.

Un dólar estable, la prioridad de Caputo

Mientras el kirchnerismo y sectores de la oposición insisten con un supuesto ajuste brutal, el gobierno refuerza su control sobre el tipo de cambio para evitar desbalances financieros. Durante enero, el Ministerio de Economía realizó intervenciones en el mercado de cambios con ventas de reservas por más de USD 1.000 millones, un movimiento que permitió contener la volatilidad del dólar financiero.

Paralelamente, la reducción transitoria de retenciones para el sector agroexportador busca incentivar la liquidación de divisas antes de junio, garantizando un flujo de dólares que refuerce la estabilidad cambiaria. La estrategia incluye también una baja controlada de las tasas de interés, alineada con la disminución de la inflación y el ajuste en la política monetaria.

El FMI y el desafío de la unificación cambiaria

Uno de los próximos pasos será la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de asegurar financiamiento y definir un plan para la salida del cepo cambiario. En este contexto, el ministro Caputo desmintió versiones de Wall Street que sugieren exigencias del organismo para una devaluación abrupta. «Nada de lo que se está diciendo sobre el acuerdo con el Fondo es correcto. Difícil errarle en todo, pero lo están logrando», ironizó el funcionario en X.

El JP Morgan, en contraste con otros análisis, destacó que la acumulación de reservas y la reducción de la emisión monetaria permitirían una salida ordenada del cepo sin una suba significativa del dólar. Sin embargo, desde el oficialismo aclaran que la prioridad es consolidar la estabilidad antes de avanzar en esa dirección.

Un gobierno fortalecido en medio de la resistencia kirchnerista

A pesar de las constantes operaciones mediáticas y de la movilización opositora, la administración Milei mantiene un nivel de apoyo popular superior al 50%, reflejo de la confianza en la política económica. Indicadores como el crecimiento en la venta de vehículos –casi 70.000 unidades en enero, más del doble que en el mismo mes de 2024– y la recuperación del crédito hipotecario refuerzan la percepción de que la economía comienza a reactivarse.

El kirchnerismo, en su afán de deslegitimar la gestión de Milei, insiste en su discurso alarmista sobre un supuesto ajuste extremo, ignorando que el verdadero desastre económico fue causado por sus propias políticas de emisión descontrolada, corrupción y despilfarro.

El plan del gobierno es claro: inflación en descenso, dólar bajo control, recuperación del poder adquisitivo y crecimiento del consumo. Un escenario que, de consolidarse, garantizará una fuerte base de respaldo para las elecciones de octubre, dejando a la oposición sin argumentos y con un relato cada vez más débil.