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VIDA Y ESTILO

Mitos y leyendas del bourbon, emblema de Estados Unidos

El presidente Harry S. Truman está considerado el emblema del bourbon en Estados Unidos. Un verdadero propulsor de su comercialización, el presidente Truman necesitaba un trago de bourbon para empezar su día. Un desayuno inusual, que marcaba la personalidad de este presidente de orígenes tan sencillos como sus costumbres, ya que el trago de bourbon estaba acompañado por jugo de naranja y un huevo.

Así, un hombre con férrea decisión al que le tocó vivir momentos de tensión luego de la muerte del presidente Franklin D. Roosevelt en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo que decidir el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, entre otras polémicas medidas como fueron la creación de la OTAN y el lanzamiento del Plan Marshall, ayuda económica a los países europeos devastados por la Segunda Guerra Mundial.

Harry S. Truman bebía el trago de bourbon con placer y degustándolo, reafirmando una de sus cualidades: la mesura, virtud resaltada por allegados y medios periodísticos de la época. “Un trago fuerte para un hombre fuerte” podría haber sido perfectamente el slogan, una cualidad que resaltaba los rasgos de su personalidad.

Historia con sabor

Corría el año 1967 cuando el bourbon fue declarado “producto distintivo de Estados Unidos”. Si bien fue el presidente Lyndon B. Johnson el que realizó la declaración, la misma fue una consecuencia casi lógica del trabajo realizado por su antecesor. Él preparó el camino, mencionándolo en cuanta ocasión se le presentaba e invitando a beberlo en fiestas protocolares y en recepciones diplomáticas, con la frase: “Esto es lo mejor que tenemos”.

Sus orígenes pueden rastrearse en el siglo XVIII, cuando los ingleses e irlandeses, colonos del Viejo Mundo expertos en whisky, comenzaron a destilar maíz en Kentucky, hoy considerado el referente del bourbon estadounidense.

El envejecimiento es fundamental para el bourbon. Para llegar a él y considerarse un bourbon de pura cepa requiere tener un 51 % cómo mínimo de maíz en su estructura, y su destilación debe producirse a un porcentaje que no supere el 80 % de alcohol y debe añejarse en barricas de roble carbonizado, sometidas al contacto con el fuego en su interior para mejorar el envejecimiento del bourbon y otros destilados.

La acción del fuego en la madera provoca calor que libera compuestos esenciales, formando azúcares caramelizados con notas de caramelo, vainilla y miel. A la vez, el carbón en la madera elimina impurezas y suaviza los sabores.

El bourbon debe envejecer en barricas nuevas, mientras que el whisky escocés y el ron donde el añejamiento puede llevarse a cabo en barricas recicladas. Por ello, el bourbon cede sus barricas a estas bebidas, sin olvidarnos de las cervezas añejadas. El secreto del sabor del bourbon son las barricas carbonizadas, porque sin ellas no tendrían el color, el sabor y tampoco las características que lo distinguen.

El nivel más alto de carbonización es el nivel 4, conocido por su nombre en inglés “alligator char”, llamada así porque la madera se torna similar a la piel del cocodrilo, que contribuye a enriquecer la bebida con intensos sabores a chocolate, especias y aromas ahumados. Cuanto más tiempo permanece en su interior, mayor complejidad de sabores y aromas adquiere el bourbon.

Las destilerías más conocidas

Kentucky es la cuna del bourbon. Buffalo Trace, Marker’s Mark y Jim Beam contribuyeron a afianzar la identidad de la bebida estadounidense, donde el cuidado en los procesos artesanales y el respeto por las fórmulas que condujeron a la preferencia de los consumidores hicieron el resto.

Lideran el ranking de los bourbons más exclusivos marcas como Pappy Van Winkle, de gran prestigio entre coleccionistas y fanáticos del whisky, demostrando que entre ambas bebidas no hay rivalidad, más bien un cierto grado de complicidad. Las botellas que se remontan a 15, 20 y 23 años escalan a precios descomunales por su escasa producción, volviendo muy difícil la búsqueda de estas ediciones.

Como casi todas las bebidas, el ingenio del hombre llevó a mezclar el bourbon creando tragos como el Old Fashioned, el Manhattan y el Mint Julep, una coctelería de primer nivel, típicamente estadounidense, que están a la vanguardia esperando fascinar a nuevos consumidores, en definitiva, la cereza del postre, ya que son los jóvenes quienes continuarán esta larga tradición.