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SOCIEDAD

Polémica por la Universidad Nacional de Cuyo y la construcción de un muro contra la inseguridad: su costo habría sido de 679 millones de pesos

La construcción fue paralizada hace días por la Municipalidad de Mendoza, argumentando irregularidades en la autorización de la obra.

Inseguridad

La Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) enfrenta críticas por la construcción de un muro perimetral en su campus, con un costo de 679 millones de pesos. La obra, justificada por las autoridades como una respuesta a la inseguridad en la zona, generó controversia debido a su impacto urbanístico, las irregularidades en su ejecución y las acusaciones de segregación social.

Según la secretaria general de la UNCuyo, Estefanía Villarruel, la decisión fue tomada a partir de una recomendación de expertos en seguridad. «En ese perímetro donde estamos haciendo el cierre perimetral, tuvimos los mayores casos de acciones violentas en asaltos, incluso con amenazas de arma blanca y de fuego», explicó. Aseguró que la medida busca proteger la integridad de la comunidad universitaria y que el muro forma parte de un plan integral de seguridad.

Obra sin autorización y conflictos con la Municipalidad

A pesar de las justificaciones oficiales, la construcción del muro fue paralizada a fines de enero por la Municipalidad de Mendoza, que detectó irregularidades en la autorización de la obra. Según el municipio, la universidad no presentó el expediente correspondiente. Además, de encontrarse materiales y estructuras sin apuntalar, e incluso una invasión de los límites establecidos.

El intendente Ulpiano Suarez fue tajante: «La universidad no tiene ningún privilegio», en referencia a la falta de permisos para una obra de tal magnitud. Ante la controversia, la UNCuyo debió reunirse con la comuna para intentar regularizar la situación. Hasta que se llegue a un acuerdo, la construcción permanecerá detenida.

El muro no rodea la totalidad del campus, sino una cuarta parte. Abarca sectores sensibles como las facultades de Derecho y Educación. Además, del comedor universitario, la residencia de estudiantes y la zona de talleres de la Facultad de Artes. Sin embargo, el hermetismo en la toma de decisiones y la falta de debate interno han sido duramente cuestionados por la comunidad académica.

Rechazo dentro de la universidad y pedido de informes

El Consejo Superior de la UNCuyo también se sumó a las críticas, reclamando mayor transparencia en la obra. En una carta dirigida a la rectora Esther Sánchez, el organismo manifestó su malestar por haber sido excluido del proceso. «Teniendo en cuenta el volumen presupuestario involucrado y el impacto urbanístico y social de su construcción, creemos que el Consejo Superior debió tener plena participación e involucramiento en todo el proceso», señala el comunicado.

A raíz de esto, exigieron un informe administrativo y técnico completo. Específicamente, con detalles sobre la licitación y una convocatoria a reunión extraordinaria para discutir la obra.

El coordinador general de la UNCuyo, Federico Morandini, intentó minimizar la polémica y afirmó que «hay un alto grado de satisfacción por parte de la población». Según explicó, en el pasado se probaron otras medidas para mejorar la seguridad del campus, como la instalación de mallas metálicas, pero ninguna resultó eficaz.

Críticas de urbanistas y expertos en arquitectura

La construcción del muro también fue rechazada por un grupo de arquitectos vinculados al CONICET, quienes enviaron una carta abierta a la rectora. En el documento, firmado por Raúl Francisco Romero Day, Eliana Bórmida y Graciela Moretti, entre otros especialistas, sostienen que la obra contradice los principios urbanísticos y arquitectónicos con los que fue concebida la universidad.

Los expertos señalaron que el diseño original del campus priorizaba las vistas hacia la montaña y la ciudad. Así como también la preservación de pendientes y accidentes topográficos como parte del paisaje. La construcción del muro, según argumentan, «se opone con lo planeado urbana y arquitectónicamente en su creación».

También advirtieron sobre las consecuencias ambientales de la obra. Argumentando que los muros de hormigón podrían agravar la isla de calor urbana, acumulando energía térmica que en verano podría superar los 80 grados. «La elevación de un muro perimetral ciego, de paneles de hormigón premoldeado sujetos por una doble viga de hormigón armado, colisiona fuertemente con el planteamiento urbano-arquitectónico del centro universitario», detallaron en la carta.

Una obra que sigue generando controversia

Mientras la UNCuyo defiende la construcción del muro como una medida de seguridad necesaria. La falta de autorización municipal, la ausencia de debate interno y las críticas urbanísticas han convertido la obra en un tema de discusión pública.

Con la construcción detenida y un informe pendiente, el futuro del muro perimetral sigue en duda. Sin embargo, la polémica expone un problema más amplio: la tensión entre la seguridad y el urbanismo en un contexto donde la inseguridad sigue siendo una preocupación creciente.