El Gobierno nacional avanza en su estrategia para suspender las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de 2025. Con los votos prácticamente garantizados en la Cámara de Diputados, el desafío ahora se traslada al Senado, donde la negociación política se vuelve clave para asegurar la aprobación del proyecto en sesiones extraordinarias.
Mientras el oficialismo impulsa el debate en el Congreso, el kirchnerismo y algunos sectores de la oposición buscan trabar la iniciativa, conscientes de que la eliminación de las PASO modificaría el escenario electoral y las estrategias de armado de listas. La decisión final tendrá un impacto directo en las elecciones legislativas y, a su vez, en la dinámica interna de los distintos espacios políticos.
El camino en Diputados: un número asegurado pero con margen estrecho
La Casa Rosada ha trabajado intensamente en las últimas semanas para garantizarse los 129 votos necesarios en la Cámara baja, número imprescindible para aprobar la suspensión de las PASO, dado que se trata de una ley electoral. Según fuentes legislativas, La Libertad Avanza cuenta con el apoyo de Pro, la UCR y varios bloques provinciales, lo que le permitiría avanzar sin mayores complicaciones.
Sin embargo, la composición fragmentada de la Cámara de Diputados obliga al oficialismo a mantener un control minucioso sobre el quorum y la disciplina de sus aliados. En ese sentido, el radicalismo ha mostrado señales de división, lo que llevó al Gobierno a intensificar los contactos con los legisladores díscolos que podrían inclinar la balanza en la votación.
“Sabemos lo que tenemos que hacer, pero costó llegar hasta acá”, reconoció un funcionario cercano a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. El oficialismo confía en lograr la aprobación sin sobresaltos, aunque no descarta maniobras de último momento por parte de la oposición para intentar bloquear la sesión.
El Senado, la gran batalla política
Con el escenario en Diputados prácticamente resuelto, la atención del Gobierno se centra en el Senado, donde el peronismo y los aliados de Cristina Kirchner controlan la primera minoría. Allí, el Frente de Todos necesitaría solo tres bancas adicionales para alcanzar el quorum y frenar la iniciativa.
El kirchnerismo ha decidido no dar quorum en Diputados, pero en la Cámara Alta la situación es más compleja. La influencia de gobernadores peronistas y el factor Cristina Kirchner juegan un rol determinante, especialmente en un contexto donde algunos mandatarios provinciales han mostrado cierta predisposición al diálogo con el Gobierno a cambio de recursos y apoyo financiero.
En este marco, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se reunió en las últimas horas con Raúl Jalil, gobernador de Catamarca, y otros mandatarios peronistas que suelen mantener una postura más flexible. La Casa Rosada apuesta a estos acuerdos para debilitar la resistencia en el Senado y garantizar la aprobación de la ley.
Un Congreso condicionado por la disputa de poder
La eliminación de las PASO no es solo una cuestión electoral, sino también una pulseada de poder dentro del Congreso. Para el oficialismo, representa una oportunidad para consolidar su liderazgo y debilitar a la oposición, mientras que para el kirchnerismo es un tema estratégico que podría condicionar el futuro de su armado político.
A su vez, la discusión sobre la suspensión de las primarias ha dejado expuestos los reacomodamientos internos dentro de la oposición. Mientras Kirchner y sus seguidores buscan bloquear la medida, otros sectores del peronismo especulan con la posibilidad de negociar ciertas concesiones con el Gobierno a cambio de apoyos en otros proyectos clave, como la reforma de la ley de financiamiento de los partidos políticos o la “Ficha Limpia”, que podría dejar fuera de carrera a candidatos con condenas por corrupción.
El oficialismo, por su parte, ha sabido aprovechar las divisiones de sus adversarios y ha utilizado su capacidad de generar caos cultural y político en redes sociales para marcar agenda y presionar a los legisladores que aún dudan sobre su voto.
El desenlace: una sesión clave para Milei
El jueves será el primer gran test legislativo del año para el Gobierno. Si logra aprobar la suspensión de las PASO en Diputados, quedará en una posición de fuerza para negociar en el Senado. En cambio, si el proyecto se cae o enfrenta trabas inesperadas, el oficialismo quedará debilitado y abrirá la puerta a nuevos conflictos internos.
En paralelo, la estrategia del kirchnerismo es clara: frenar la medida en el Senado y utilizar el debate para reposicionarse políticamente, especialmente de cara a una posible candidatura de Kirchner en 2025.