El Gobierno nacional respondió con sarcasmo a las recientes críticas del ex presidente Mauricio Macri, quien cuestionó el rumbo institucional de la gestión de Javier Milei y recordó que las largas charlas que mantenía con el actual mandatario, acompañadas de milanesas, quedaron en el pasado.
«Puede llamar al Club de la Milanesa y le mandan una», comentó con tono irónico un funcionario de la Casa Rosada a los periodistas acreditados, en una clara muestra de desdén hacia los cuestionamientos del líder del PRO.
Mauricio Macri, que ha tenido una relación oscilante con el oficialismo, advirtió que la falta de respeto por las normas institucionales podría afectar el plan económico del Gobierno. Según informó NA, el ex mandatario, en sus conversaciones con Milei, el libertario se mostraba receptivo a la necesidad de fortalecer el apego a la institucionalidad, pero luego su círculo más cercano lo persuadía de seguir otro camino.
«Hace tiempo se terminaron las milanesas«, lamentó Mauricio Macri, en referencia a los encuentros que mantenía con el jefe de Estado en la Quinta de Olivos. Sus declaraciones apuntaron directamente a los asesores más influyentes de Milei, en particular a Santiago Caputo, estratega clave del oficialismo y ex colaborador del macrismo.
Las diferencias entre Mauricio Macri y Caputo no son nuevas y han escalado en los últimos meses. Desde la explotación de la Hidrovía hasta la incorporación del consultor político catalán Antoni Gutiérrez-Rubí en la estrategia electoral del PRO, han sido varios los puntos de fricción. En el entorno libertario ven a Gutiérrez-Rubí como una figura clave en la «campaña sucia» que se desplegó contra Milei durante las elecciones de 2023, cuando trabajaba para Sergio Massa.
Mientras tanto, la relación entre el PRO y La Libertad Avanza sigue en una tensa indefinición. Aunque hay acercamientos en algunas provincias de cara a las elecciones legislativas, las diferencias ideológicas y estratégicas siguen marcando distancia entre Mauricio Macri y el oficialismo.
