El temporal que golpeó a Bahía Blanca y dejó al menos 13 muertos expuso el impacto del desmantelamiento del Estado en la respuesta ante emergencias. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, firmó días antes del desastre un decreto que eliminó la Dirección Nacional de Asistencia en Situaciones de Emergencia Social, área clave que podría haber brindado ayuda a los damnificados.
El 5 de marzo, apenas tres días antes del temporal, el Gobierno avanzó con el despido de 2.000 trabajadores y la eliminación de áreas del ex Ministerio de Desarrollo Social. Entre ellas, desapareció la Dirección de Emergencias, encargada de coordinar la ayuda inmediata en catástrofes y que había intervenido en tragedias como la inundación de La Plata en 2013 y el alud de Tartagal en 2009.
Esta dependencia era la encargada de organizar la entrega de agua, alimentos y asistencia psicológica a las víctimas. También se ocupaba del acompañamiento a las familias luego de la emergencia. Con su eliminación, el Estado quedó sin una estructura específica para atender la crisis en Bahía Blanca, dejando la responsabilidad en organizaciones sociales y el esfuerzo de los propios vecinos.
Además de la Dirección de Emergencias, el decreto 151/2025 firmado por Pettovello y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, también cerró la Dirección de Ayudas Urgentes, que brindaba subsidios de emergencia a las familias afectadas por catástrofes.
El impacto de esta decisión se sintió de inmediato. Mientras la ciudad intentaba recuperarse, no hubo una respuesta coordinada del Estado nacional. La asistencia en gran parte quedó reducida a la ayuda de la comunidad y de grupos voluntarios que intentaron suplir la ausencia del Gobierno.
Desde ATE denunciaron que la gestión de Pettovello llevó adelante un «brutal desguace del Estado» y señalaron que los despidos no solo afectan a los trabajadores, sino también a las poblaciones vulnerables que dependen de estos programas.
El problema de reducir el Estado a los golpes
A pesar de las críticas y del desastre en Bahía Blanca, el Gobierno mantiene su postura de reducción del Estado sin contemplar las consecuencias. La falta de asistencia en la catástrofe es una muestra clara de cómo los recortes afectan a quienes más lo necesitan en los momentos más críticos.
