La carrera electoral en la Ciudad de Buenos Aires se perfila como la más reñida del año. A menos de dos meses de los comicios legislativos, media docena de encuestas refleja un escenario partido en tercios entre La Libertad Avanza, Unión por la Patria y el PRO, con diferencias mínimas entre ellos y un final abierto que inquieta a todos los espacios.
El primer estudio que encendió las alarmas en Uspallata fue publicado en febrero y mostró al PRO en tercer lugar, detrás de los libertarios y el kirchnerismo. Aunque desde el entorno de Jorge Macri intentaron desestimar su impacto, otras consultoras comenzaron a registrar tendencias similares. La hegemonía amarilla en la Ciudad, que lleva casi dos décadas, aparece por primera vez en riesgo real.
Sondeos fragmentados y sin un claro favorito
Las consultoras Aresco, CB, Proyección, CEOP, Federico González y Mora Jozami coinciden en un punto: la disputa está completamente abierta. Según Federico Aurelio, director de Aresco, los libertarios encabezan la intención de voto, seguidos de cerca por el peronismo y luego el PRO. «La diferencia entre el primero y el tercero es de apenas cinco puntos. Cualquier movimiento puede cambiar el orden», advirtió.
El consultor explicó que si el electorado comprende que se trata de una elección local, podría activarse el eje “Macri sí/Macri no” y eso beneficiaría al PRO. En cambio, si la lógica sigue siendo nacional —“Milei sí/Milei no”— el favoritismo recaerá sobre La Libertad Avanza.
El papel de Santoro y las dudas libertarias
Leandro Santoro aparece primero en los estudios de CEOP y González, con una ventaja de más de 10 puntos. Sin embargo, desde LLA consideran que esos sondeos sobrestiman su respaldo. “Su base real ronda los 24 o 25 puntos, no los 30 que sacó en el balotaje contra Jorge Macri”, señalaron desde el entorno de Javier Milei.
La expulsión de Ramiro Marra del partido dejó al oficialismo sin un candidato claro. Karina Milei promueve a Manuel Adorni, pero aún no está confirmado. La posible candidatura independiente de Marra representa un riesgo: podría dividir el voto libertario y restar fuerza en el momento más delicado.
Una elección clave que reconfigura el tablero 2025–2027
Mientras María Eugenia Vidal suena como posible candidata y refuerza el mensaje del “miedo a Cristina”, desde el oficialismo nacional ya piensan en 2027. «Si la economía mejora, un balotaje Adorni–Santoro se gana caminando», deslizan en la Casa Rosada.
La fragmentación del voto y la proliferación de listas hacen de esta elección un termómetro clave para las fuerzas políticas nacionales. Nadie quiere llegar tercero, y todos saben que lo que ocurra el 18 de mayo tendrá impacto directo en la estrategia electoral para el año próximo.
