Elba Marcovecchio, abogada y asesora legal de Mauro Icardi, realizó contundentes declaraciones sobre el conflicto entre su cliente y Wanda Nara. En una entrevista reciente, la profesional abordó la controversia generada por la publicación de videos y las tensiones en torno a la convivencia y crianza de las hijas de la pareja.
«Es tremendo que todo tenga que estar grabado. Son situaciones que se podrían haber evitado desde el origen», afirmó Marcovecchio, haciendo referencia a los materiales audiovisuales que se han viralizado en redes sociales y que alimentaron las discusiones públicas. Según ella, la exposición de situaciones privadas no hace más que complicar la resolución de los conflictos y perjudicar a las menores involucradas.
La abogada también hizo hincapié en la importancia de preservar el bienestar de las niñas en medio de este complicado panorama legal y mediático. «Sería gravísimo que ocurriera un impedimento de contacto, es terrible porque estas nenas tienen papá y mamá», señaló, dejando en claro su postura en favor de garantizar que ambos padres puedan ejercer sus derechos y deberes parentales.
Marcovecchio, quien tiene experiencia en casos de alto perfil mediático, insistió en que no hubo hechos de violencia hacia las menores, pero admitió que sí existieron momentos incómodos y problemáticos. «No hubo violencia contra las nenas, hubo una situación fea. Me excede totalmente lo de los videos», explicó, desmarcándose de las decisiones que llevaron a la publicación de los contenidos que ahora complican la situación.
Además, la abogada se refirió a un episodio particular relacionado con los perros de la familia, el cual calificó como una «emboscada» hacia Icardi. «Lo de los perros fue una emboscada, él cae porque lo conoce a Mauro desde los 17 años, sabe cómo va a reaccionar», sostuvo, en alusión a las tensiones que surgen del conocimiento previo y profundo entre las partes involucradas.
Las declaraciones de Marcovecchio dejan en evidencia la complejidad de este conflicto, donde las disputas legales, la exposición pública y las emociones personales de los protagonistas se entrelazan, dificultando una resolución pacífica y favorable para todos. Sin embargo, la abogada reiteró su compromiso de defender los derechos de su cliente mientras intenta mantener el foco en el bienestar de las niñas.
