Muy fuerte fue lo que se dio a conocer en A la Barbarossa, el ciclo conducido por Georgina Barbarossa para Telefe. Mientras contenía las lágrimas, la conductora debió comunicar a los televidentes el fallecimiento de uno de los artistas más emblamáticos de la Argentina: a los 84 años, partió de este mundo Antonio Gasalla.
A minutos de haber dado esta noticia, desde A la Barbarossa se comunicaron con Campi, uno de los grandes amigos de Antonio Gasalla que además interpreta a Mamá Corá en la versión teatral de Esperando la Carroza. «Me llamó Carlos, el hermano de Antonio, recién. Un baldazo de agua fría. Uno nunca está esperando esta noticia, no sé qué decir», manifestó el humorista.
«La última vez que estuve con él fue en la época del mundial, él estaba mal pero todavía tenía momentos buenos, de lucidez. Eso fue la última vez que lo vi, después ya estaba muy perdido. No llegué a hablarle del proyecto de Esperando la Carroza (en el teatro), ya estaba muy mal. Él se empezó a perder de a poco, me invitaba a la casa y no se acordaba que me había invitado. Me hubiera encantando que meta mano en la Mamá Cora que estoy haciendo», expresó.
«Antonio me dirigió en un unipersonal mío, pero cuando empezó a estar mal nisiquiera me habían propuesto hacer la obra. Carlos vino varias veces, que él me diera el okey fue una bendición. Carlos hizo todo por su hermano, estuvo siempre al lado de Antonio. Carlos siempre lo está acompañando a Antonio», señaló el humorista.
«A Antonio lo conozco en Los Roldán, ahí empezamos a ser amigos. Cuando surge mi unipersonal le pedí que me dirigiera como para que me diga que no, me dice ‘pero claro, como no te voy a dirigir’. En un momento le pido que arreglemos el puntaje, la dirección se lleva parte de lo recaudado. Me dice Campi yo no te voy a cobrar nada, lo hago de amigo, gratis. Nunca me quiso cobrar. Cuando hablan del caracter de Antonio yo conozco al generoso, al amigo», detalló.
«Conmigo hablaba por teléfono, nos juntábamos al menos una vez por mes. Nos cagabamos de risa, charlábamos, chusmeábamos. Su amistad siempre fue una bendición. Esta carrera te da señales de que estás haciendo las cosas bien, lo admiré desde chiquito. Cuando Antonio se despide de Susana estaba cansado ya, prefería mirar la tele en su casa que estar en la tele. Estaba al tanto de todo y con un lujo de detalle y observación que era desopilante», contó el humorista.
«Hacer Esperando la Carroza es una de las formas de mantener vivo su legado, Antonio forma parte de nuestra argentinidad, es nuestro ADN. Somoso nosotros, Mamá Cora es parte de nuestra argentinidad. Me gusta ocuparme de que eso siga vivo, porque somos nosotros», reflexionó finalmente Campi.
