Después de varios meses de especulaciones, Nissan Argentina confirmó que dejará de fabricar la pick-up Frontier en el país a partir de diciembre. La automotriz japonesa consolidará toda su producción regional en la planta de CIVAC, en el estado de Morelos, México, como parte de su estrategia global para reducir costos y adaptarse a los cambios del mercado.
La decisión implica el cierre definitivo del proyecto industrial que había iniciado en 2018 en la histórica planta de Santa Isabel, Córdoba, compartida con Renault. Desde entonces, la producción local abasteció tanto al mercado interno como a Brasil, Chile y Colombia.
Un giro estratégico en la región
Según el comunicado oficial, esta medida forma parte del plan de transformación global anunciado por Nissan Motor Corp. en febrero, enfocado en “mejorar la competitividad de sus productos y del negocio”. La filial latinoamericana de la compañía detalló que la consolidación responde a una búsqueda de mayor agilidad para responder a las demandas del mercado.
“América Latina representa el 15% de las ventas globales de Nissan y el 25% de su producción. En 2024 se vendieron 426.000 unidades en la región, un 6% más que en 2023”, destacó Guy Rodríguez, presidente de Nissan América Latina.
A partir de enero de 2026, la producción de Frontier/Navara quedará concentrada exclusivamente en México. La Línea 1 de CIVAC, que se había utilizado temporalmente para vehículos de pasajeros, cesará su actividad antes de fin de año. La Línea 2 se abocará completamente a las pickups.

Renault también discontinúa la Alaskan
La decisión de Nissan tuvo un efecto inmediato en su socio industrial. Renault Argentina anunció que tampoco renovará el acuerdo para fabricar la Alaskan, otra pick-up de una tonelada que se producía en la misma planta. Según la automotriz francesa, el proyecto conjunto con Nissan tenía como fecha límite diciembre de 2025, y se optó por no extenderlo.
Durante el 70° aniversario de la fábrica cordobesa, Pablo Sibilla, presidente de Renault Argentina, ya había anticipado que se venían cambios. Confirmó que la línea actual se divide en dos: una exclusiva para productos Renault (donde se sumará el modelo Niagara en 2026) y otra para las pick-ups compartidas.
La salida de ambos modelos implica que esa segunda línea de producción quedará inactiva a fin de año, lo que abre interrogantes sobre el futuro de los operarios.
El impacto sobre los trabajadores y la relación con el sindicato
Según lo informado por ambas compañías, todos los trabajadores involucrados en la producción de Nissan Frontier y Renault Alaskan están contratados por Renault Argentina. La terminal destacó que mantiene una “excelente relación” con Smata Córdoba, el gremio que representa al personal de la planta.
En un mensaje institucional, Renault afirmó que “estamos trabajando estrechamente con el sindicato durante esta transición, con un enfoque claro en el futuro de nuestra planta y los nuevos proyectos que tenemos por delante”.
A pesar de la promesa de continuidad laboral, aún no hay precisiones oficiales sobre el número de trabajadores afectados ni sobre las posibles reasignaciones dentro del nuevo esquema productivo. El proyecto de la pick-up Niagara, de media tonelada, se perfila como una opción para absorber parte del personal, pero no hay confirmaciones sobre el volumen de producción ni los plazos.
Una década de presencia industrial y dudas hacia adelante
Desde que comenzó su producción local en 2018, Nissan invirtió fuertemente en Argentina, apostando a un proyecto que prometía continuidad e integración regional. Sin embargo, la decisión de concentrar operaciones en México expone los límites del modelo fabril instalado en el país durante gobiernos anteriores.
La subsidiaria local continuará operando en el país con su red comercial y de servicios, que incluye 65 concesionarios. Ricardo Flammini, presidente de Nissan Argentina, Chile y Perú, aseguró que “este año proyectamos un aumento de más del 50% en volumen respecto al año anterior” y anunció nuevos lanzamientos.
No obstante, la retirada de la producción marca un retroceso significativo para la industria automotriz local, que vuelve a enfrentar el desafío de sostener empleos en un contexto global adverso. El Gobierno nacional, por ahora, no se ha pronunciado oficialmente sobre esta salida, mientras los sindicatos siguen negociando las condiciones para preservar los puestos de trabajo.