No hay dudas de que Intrusos, el ciclo conducido por Adrián Pallares y Rodrigo Lussich para América TV, es uno de los programas más destacados del mundo del espectáculo. No solo sorprenden semana a semana con las más impactantes primicias de la farándula argentina, sino que además siempre tienen toda la información en sus manos.
En esta oportunidad sorprendieron a los televidentes con una fuerte noticia: después de más de veinte años encontraron a Giselle Rímolo. «Se encuentra bajo otro nombre, Mónica Gaineddu. Se presenta como esteticista en un centro de estética que abrió tras recuperar la libertad. Hay que decir que ella cumplió su pena, pagó su precio con la sociedad», contó Rodrigo Lussich.
«Lo cierto es que atravesar la etapa de la cárcel fue tan duro para ella como para cualquier preso. Una vez que salió el libertad condicional el juez le dio una orden muy clara: ‘si usted aparece un solo día en televisión vuelve adentro’. Por eso el hermetismo, el secretismo en torno a Rímolo para que no de la cara y hable», continuó.
«Fue una mujer que tuvo de parte de la justicia un ultimátum. Nosotros la encontramos, teníamos el dato hace tiempo. Volvió a su rubio», anunció Adrián Pallares antes de que mostraran el encuentro de la notera con Giselle Rímolo, que no quiso hablar. «En 2021 le empezaron a dar salidad transitorias hasta que finalmente cumplió su pena. Tiene muchos problemas de salud», contaron.
«En su primera detención Giselle fue vejada por otras presas con un palo de escoba. Pasó un montón de situaciones muy fuertes, violentas y humillantes. Cuando fue detenida por última vez hubo una foto de diario Crónica que la mostró pesando más de 200 kilos en una cama. Fue detenida y hubo que sacarla por una camilla y entrar la ambulancia. No podía caminar, tuvo un sobrepeso muy grande. La sacaron en esa cama para meterla en la ambulancia», sentenciaron.
«No olvidemos que a raíz de esta historia Soldán estuvo noventa días en la cárcel, la llamó ‘doctorcita’ en televisión. Se lo vio como cómplice y financista de las actividades ilegales de Rímolo. Pero nunca se pudo comprobar la cuestión financiera que lo uniera, sí la cuestión emocional. Ventura vio facturas por veinte millones de dólares», apuntó Pablo Layus.
«No nos olvidemos de todo el daño que ella hizo, ni hablar de la gente que falleció. Hay un montón de gente que quisimos contactar para sumar al informe que todavía tiene gente y no quiso sumar su testimonio. Es muy grave todo lo que pasó, jugar con la salud de la gente», sentenció Karina Iavícoli.
