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ECONOMÍA

El PBI y el índice de empleo registrado se encuentran prácticamente igual que hace 20 años: marcado estancamiento de Argentina

La economía no logra despegar y los niveles de empleo privado apenas superan los de 2004, según datos oficiales.

PBI Argentina

La economía argentina muestra una parálisis que atraviesa gestiones y modelos políticos. A pesar del paso de los años, las cifras oficiales del empleo registrado y del Producto Bruto Interno (PBI) reflejan un escenario estancado desde hace dos décadas, sin mejoras estructurales ni crecimiento sostenido. En 2024, el total de trabajadores privados formales es apenas superior al que había en 2011, y el nivel de producción nacional, medido a precios constantes, se encuentra en niveles similares a los de entonces.

Según datos de la Secretaría de Trabajo y del INDEC, a fines de 2011 había alrededor de 6,4 millones de asalariados registrados en el sector privado. Hoy, esa cifra apenas llega a 6,6 millones. La distribución por sectores tampoco muestra avances: la industria manufacturera pasó de emplear a 1,3 millones a 1,2 millones de trabajadores, el comercio se mantuvo con números similares, y la construcción cayó de 459 mil a 388 mil empleados.

Una economía que no avanza

Los indicadores de producción también confirman la falta de dinamismo. El PBI de 2024, calculado a precios constantes de 2004, apenas supera en un 1% al de 2011. En términos prácticos, la economía argentina lleva más de una década sin crecimiento real. El PBI per cápita, según la consultora LCG, se encuentra hoy en los niveles de 2005 o 2006, tras dos años consecutivos de caída.

La comparación sectorial muestra retrocesos aún más pronunciados. La actividad industrial cayó un 14% respecto de 2011; el comercio, un 10%; y la construcción, un 9%. Estos sectores, que históricamente impulsaron el empleo y la inversión, hoy muestran señales de fatiga crónica.

Impacto directo sobre el empleo

La pérdida de puestos de trabajo formales es una consecuencia directa del freno productivo. Según el Centro de Estudios de la UIA, en diciembre de 2024 se registraron 25.764 empleos menos en la industria que un año atrás. Si se compara con 2015, la cifra escala a 85.900 y, contra el pico de octubre de 2013, la pérdida llega a 101.000 trabajadores.

En la construcción, otro sector clave, la merma fue de 50.000 empleos durante el último año. Esa cantidad equivale casi a la totalidad del personal ocupado en la industria textil, lo que evidencia la magnitud del deterioro en un sector que suele reaccionar rápido a los cambios económicos.

Una tendencia que trasciende gobiernos

El estancamiento no responde a un solo gobierno, aunque las responsabilidades no son iguales. Lo cierto es que la economía argentina arrastra un problema estructural que ningún proyecto político ha logrado revertir en los últimos 20 años. A pesar de los discursos optimistas, las cifras muestran una tendencia persistente de bajo dinamismo y escasa generación de empleo formal.

Incluso el oficialismo actual, encabezado por Javier Milei, reconoce la magnitud del desafío. El repunte aislado del EMAE en enero de 2025, con un crecimiento del 6,5% interanual, no alcanza para cambiar la tendencia general. Desde octubre de 2024, el indicador acumula once meses de baja contra apenas cuatro en alza.

Señales que aún no alcanzan

En el mismo mes, la industria registró una mejora del 6% tras 19 meses consecutivos en rojo, pero los analistas advierten que se trata de un rebote estadístico. La construcción también acumuló un año completo de caídas, con tramos de hasta el 20%. El comercio, por su parte, contabiliza 12 meses de retrocesos desde octubre de 2023.

Estos tres sectores —industria, comercio y construcción— representan alrededor del 31% del PBI. Su débil desempeño impide hablar de reactivación económica sostenida. Hasta el momento, no hay evidencia suficiente para afirmar que la economía argentina haya logrado romper con el ciclo de estancamiento prolongado que la caracteriza desde hace dos décadas.