Luego de varios meses de tregua entre el Gobierno Nacional y los gremios, las organizaciones sindicales volvieron a presionar al Ejecutivo por el congelamiento de los sueldos y los nulos avances en las paritarias. Mientras la Confederación General del Trabajo (CGT) prepara un nuevo paro general el 10 de abril, el Gobierno se reunió con las cámaras empresariales del transporte y la Unión Tranviarios Automotor (UTA) para destrabar el conflicto salarial. Sin embargo, no logaron llegar a un acuerdo y se mantendrá el paro de colectivos anunciado.
El conflicto, abierto
El gremio que dirige Roberto Fernández anunció la medida de fuerza que se realizará el viernes 28. Le achacan a la Secretaría de Transporte que dispuso que no se otorgaran aumentos en el sector hasta junio. Actualmente, los choferes de colectivo cobran aproximadamente $1.200.000. Ante la amenaza de UTA, el Gobierno convocó a una nueva mesa de diálogo entre sindicalistas y empresarios, que terminó fracasando.
Sin embargo, desde el sindicato acusaron al Gobierno de «intentar trabar la negociación y luego readecuar los subsidios a las empresas durante febrero sin contemplar aumentos salariales para los choferes». «Los funcionarios de Transporte se esconden y nos llevan a un conflicto, sin resolver la estructura de costos y el aumento salarial«, denunciaron.
La reunión, realizada de forma virtual entre miembros de la cámara empresarial y el gremio, fracasó en fijar un aumento que satisficiera a ambas partes. La medida de fuerza afectaría al servicio de colectivos en el AMBA. Ante esto, la Secretaría de Transporte tiene la opción de dictar una conciliación obligatoria, lo que suspendería cualquier medida de fuerza por 15 días hábiles, dejando sin efecto el paro del viernes y afectando la participación de UTA en el paro convocado por la CGT.
Por parte de los empresarios del transporte, la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) ya se mostraron a favor y pidieron la conciliación obligatoria. «Los subsidios se están cobrando, el problema es que están mal calculados. Están con valores de diciembre, arrastran un atraso importante», afirmó Luciano Fusaro, titular de AAETA.
La solución que Fusaro propuso es una actualización en los costos de las tarifas. «Si no, no podemos ajustar paritarias ni reparar o renovar vehículos. De lo contrario, hay que discutir que sistema de transporte podemos tener o pagar, uno con menos frecuencia y comodidades», advirtió.
