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VIDA Y ESTILO

Argentina brilla con luz propia en la Guía Michelin 2025

Por segunda vez, la alta gastronomía argentina se viste de gala con estrellas, aplausos y mucho sabor

Guía Michelin

(Por Carolina Mena Saravia para El Intransigente).- Argentina reluce en la Guía Michelin 2025. No es ninguna novedad el prestigio que significa obtener una membresía, algo así como tocar el cielo gastronómico con las manos. Un gran momento es el que vive el arte culinario local. Finalmente, la preparación y exigencia a la que se someten cocineros, empresarios, sommeliers, bartenders y la gran constelación que los nuclea, tiene sus frutos reconocidos en el ámbito internacional con la obtención de la preciada estrella Michelin.  

La reciente publicación de la Guía Michelin 2025 para Buenos Aires y Mendoza significa el ingreso al podio de la gastronomía internacional y la consolidación de Argentina como uno de los destinos culinarios de mayor prestigio de América Latina. Es su segunda edición en el país, incluye a más de 80 restaurantes seleccionados, destacando los que mantienen su lugar obtenido en 2024 con la incorporación de nuevas firmas y distinciones verdes por sustentabilidad.

El 7 de abril, la Bodega Susana Balbo en Mendoza fue el escenario para esta alianza indestructible que componen el vino y la gastronomía. Las risas marcaban la ilusión de los premiados, la sorpresa y el reconocimiento a los esfuerzos que supone formar parte de esta elite.

Estrellas de la Guía Michelin, un reconocimiento que fascina

No es para menos, Argentina mira desde hace años estas codiciadas incorporaciones que se llevaban a cabo en el mundo. “La paciencia todo lo alcanza”, sostiene santa Teresa de Ávila, y en este caso, los que esperaban con ansias se vieron recompensados.

Las estrellas Michelin son uno de los reconocimientos que más prestigio goza en la gastronomía. ¿Qué necesita un restaurante para hacerse de una? La respuesta es concreta, deben alcanzar un nivel de excelencia sobresaliente en la calidad de su cocina, donde también entran a jugar otros factores como la creatividad, el servicio y la consistencia. La escalera a la fama es empinada: obtener una estrella significa un logro inmenso, dos estrellas o tres coloca al establecimiento entre los mejores del planeta, dándole visibilidad mundial.

Para remontarnos a sus orígenes, tenemos que retroceder en el tiempo, allá por 1900, cuando en pos de vender más neumáticos Michelin, no se les ocurrió mejor idea que lanzar una guía para orientar a los viajeros en el desafío de encontrar buenos lugares para comer y alojarse durante sus viajes.

Así, de dos conceptos aparentemente aislados surgió el “must” de la gastronomía. Con el correr del tiempo la Guía Michelin fue convirtiéndose en lo que es hoy. No le fue nada mal en su propósito, los vehículos comenzaron a recorrer los caminos en busca de sitios para disfrutar mientras la compañía del muñeco blanco aumentaba sus ventas de neumáticos.

Y llegamos al presente donde los inspectores de la Guía Michelin se presentan de incógnito en los restaurantes, evalúan una serie de ítems que van desde la calidad de los ingredientes hasta las técnicas de cocción, la personalidad de los chefs y la armonía de los platos en consonancia con los maridajes. El misterio rodea todo lo atinente a las estrellas Michelin.

Un escenario local a toda creatividad

Aramburu, el conocido restaurante de Buenos Aires, obtuvo en 2024 dos estrellas Michelin, consolidando al chef Gonzalo Aramburu como un mojón indiscutible de la cocina de autor argentina. Nuevas estrellas aparecieron en el firmamento gastronómico: Crizia, el coqueto reducto marino de Gabriel Oggero; Angélica Cocina Maestra, en la bodega Catena Zapata, y Riccitelli Bistró, con su inspiración sostenible.

Si de mantener las estrellas hablamos, en Buenos Aires, Don Julio, la parrilla más famosa del país, sigue demostrando que la maestría con que maneja los fuegos finalmente fue reconocida internacionalmente, y que sigue conservando las estrellas Michelin que ostenta desde 2024, tanto la roja trad como la verde, reconociendo su compromiso con la sostenibilidad. Trescha, con un menú degustación de 15 pequeños bocados que constantemente se renueva, reafirma también su estrella.

Mendoza ya venía marcando tendencia. Así lo corroboraron Casa Vigil, Brindillas, Azafrán y Zonda siguen en la senda de transitar el interesante camino entre los nuevos tiempos y la tradición. En la categoría Bib Gourmand 2025, que refleja una excelencia entre menú y precio que ofrece, se incorporaron Ácido, Ajo Negro y MN Santa Inés en Buenos Aires se incorporaron a la lista de siete establecimientos que figuran desde 2024.

Cae el telón para una noche de lujo. El posado para la tradicional foto con Monsieur Bibendum, el muñeco blanco de Michelin, se lleva a cabo y los chefs esperan para marcar los lugares en la foto. Argentina tiene gran futuro y todo un camino para recorrer en este nuevo itinerario gastronómico de lujo. Grandes chefs esperan su oportunidad, sabiendo que todavía está todo por cocinarse.