En medio de un acto en la Universidad de San Martín, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, aprovechó la muerte del Papa Francisco para reivindicar su figura como símbolo de justicia social y para trazar un paralelismo entre su legado y los valores históricos del peronismo. «Con el Papa se va el vocero más importante de la justicia social», aseguró el mandatario provincial ante un auditorio repleto.
Kicillof destacó que el sumo pontífice «fue un argentino que marcó rumbo a escala internacional», y afirmó que su obra excedió lo eclesiástico: «Francisco, más allá de su obra específicamente eclesiástica, le ha dado un protagonismo a la Iglesia que parecía difícil de recuperar». En ese sentido, consideró que «el papel que ha tenido a nivel internacional y local ha sido mucho más grande. Vamos a ir dándonos cuenta con el paso del tiempo de la importancia de las discusiones que dio Francisco y en el contexto en que lo hizo».
En tono político, el dirigente de Unión por la Patria sostuvo que «nos deja una obligación, hay que llenar ese espacio. No podemos simplemente lamentarnos con la pérdida». Y añadió: «Más allá de lo que resuelvan los cardenales en el Vaticano, el papa Francisco nos ha dado a todos la misión de sostener esas ideas en momentos difíciles».
Kicillof fue aún más enfático al señalar que el Papa fue una referencia frente al avance del neoliberalismo. «Una ultraderecha desalmada y cruel ha planteado una guerra contra los inmigrantes, los desplazados, el sálvese quien pueda, que el propio Francisco marcó claramente como ya obsoletas y fracasadas», dijo el exministro de Economía y luego afirmó: «Cada uno de los que escuchó su evangelio tiene una misión y una obligación a nivel local, familiar, en cada uno de los planos de la existencia cotidiana».
Axel Kicillof: «No hay justicia social sin un Estado presente que piense en los excluidos por el sistema»
En su discurso, el gobernador relacionó el mensaje de Francisco con un rol activo del Estado frente a las injusticias sociales: «El mensaje del Papa interpela a los gobiernos: no hay justicia social sin un Estado presente que piense en los excluidos por el sistema», lanzó, en una crítica implícita al modelo libertario que propone el presidente Javier Milei.
Para cerrar, Kicillof sostuvo: «Francisco dejó millones de Franciscos en el mundo, gente que se va a hacer cargo de defender a los que sufren, a los que no tienen voz. El legado de Francisco no se archiva, se defiende y se hace carne en la lucha diaria por una sociedad más justa».
El acto también tuvo una lectura política interna: Kicillof estuvo acompañado por Gabriel Katopodis, su ministro de Infraestructura y posible candidato en la primera sección electoral. Pero más allá del armado bonaerense, el mensaje del gobernador buscó proyectarse en clave nacional, usando la figura del Papa para contrastar su modelo con el de la Casa Rosada.