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POLÍTICA

Bolivia repudió a Javier Milei: «Intromisión a la soberanía y la dignidad nacional»

La declaración se dio a conocer después de que el mandatario argentino, en una conferencia de prensa junto a Scott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos.

Luis Arce

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia expresó su «más enérgico repudio» tras los comentarios ofensivos realizados por Javier Milei. La declaración se dio a conocer después de que el mandatario argentino, en una conferencia de prensa junto a Scott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, afirmara que Bolivia quedó «destrozada». Estas palabras generaron una fuerte reacción en el Gobierno boliviano encabezado por Luis Arce, que calificó la postura de Milei de intromisión a la soberanía y a la dignidad nacional.

Desde el Ejecutivo boliviano se evaluó que dichos comentarios constituyen un atentado al proceso de fortalecimiento de la integración regional en América Latina y el Caribe. Bajo ese marco, la Cancillería resaltó la necesidad de respetar la soberanía de cada Estado y evitar juicios de valor sin fundamento sobre los modelos políticos y económicos elegidos soberanamente por sus pueblos. Las declaraciones de Milei fueron interpretadas como un ataque directo a la trayectoria del modelo socialista que se implementa en Bolivia, en el que se prioriza la justicia social, la redistribución de la riqueza y el bienestar de las mayorías.

La respuesta de Bolivia se extendió también a las organizaciones sociales del país. Algunos dirigentes sindicales y representantes de la sociedad civil expresaron su repudio ante lo que consideraron un mensaje lleno de desprecio y descalificación hacia el Estado Plurinacional. En ese sentido, diversos sectores señalaron que las palabras del mandatario argentino demuestran una falta de sensibilidad y un desconocimiento de la realidad y los desafíos que enfrenta Bolivia. Asimismo, se puso en relieve la importancia de un diálogo basado en el respeto mutuo y en el reconocimiento de las diversas rutas de desarrollo que cada nación decide emprender.

La respuesta de la Cancillería boliviana

La Cancillería de Bolivia denunció las declaraciones de Javier Milei y subrayó su carácter irresponsable y ofensivo. En un comunicado oficial, el Ministerio señaló: «Es paradójico que quienes emiten calificativos sobre otros países omitan referirse a las profundas crisis sociales, la creciente desigualdad y la violencia institucional que existen en sus propios territorios». Esta respuesta evidenció que la ofensa no se limita únicamente a una cuestión de imagen o política exterior, sino que representa un menosprecio a los procesos de transformación social que ha vivido Bolivia y a la dignidad de su pueblo.

De esa manera, el Gobierno de Luis Arce reafirmó su compromiso con un modelo político y económico elegido de manera soberana por la población boliviana. Además, destacó que dicho modelo ha logrado generar excedentes y distribuir la riqueza de forma más equitativa, lo que beneficia a las inmensas mayorías. Así, la respuesta de la Cancillería no solo busca contrarrestar las acusaciones del mandatario argentino, sino también promover una visión de respeto hacia las diversidades ideológicas y las estrategias de desarrollo adoptadas por otros Estados.

Por otra parte, las reacciones se intensificaron con la difusión en medios internacionales de la postura del Ejecutivo boliviano. Organizaciones sociales y líderes políticos en Bolivia calificaron las declaraciones de Milei de «intromisión a la soberanía» y alertaron sobre los peligros de utilizar un lenguaje que fomente la descalificación y el enfrentamiento entre países vecinos. En ese sentido, se hizo un llamado a la moderación y al fortalecimiento del diálogo en el marco de la integración regional, resaltando la importancia de superar las diferencias mediante el debate constructivo.

Cabe mencionar que el clima de tensión se vio agravado por otra medida reciente: el anuncio del Ministerio de Seguridad argentino sobre la construcción de un alambrado de 200 metros entre las localidades de Bermejo (Bolivia) y Aguas Blancas (Argentina).

Esta acción generó preocupación en el país vecino y fue interpretada por algunos sectores como parte de una serie de medidas simbólicas que apuntan a marcar fronteras tanto físicas como ideológicas. Bajo ese contexto, el comunicado de Bolivia busca no solo defender su soberanía, sino también enviar un mensaje claro sobre el respeto a la dignidad nacional.