El estado de salud del ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a empeorar este jueves y presentó «una elevación en la presión arterial» mientras permanece internado en una unidad de cuidados intensivos en Brasilia. Luego de dos días intensos, donde promocionó una marca de cascos para moto desde el hospital y recibió una actualización de su caso por intento de golpe de Estado, Bolsonaro experimentó presión alta que afectó el resto de sus signos.
Bolsonaro permanece en el hospital DF Star de Brasilia desde mediados de abril, cuando fue operado por una obstrucción intestinal relacionada al atentado que sufrió durante la campaña electoral de 2018, cuando fue apuñalado. Según informó el equipo médico, el ex mandatario «presentó un empeoramiento clínico, elevación de presión arterial y empeoramiento en las pruebas de laboratorio hepáticas».
Asimismo informaron que el líder de ultra derecha «será sometido a más exámenes de imagen» el jueves y que «continúa con ayuno oral y nutrición parental exclusiva», mientras continúa con la fisioterapia motora y las medidas para prevenir una trombosis venosa.
Avanza la investigación por el intento de golpe de Estado
El miércoles 23, una funcionaria judicial visitó a Bolsonaro y lo notificó sobre la más reciente decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) en su caso por intento de golpe de Estado el 8 de enero de 2023. La fiscal informó al ex presidente que tendrá cinco días para presentar su defensa en la causa, lo que habría provocado que su presión subiera «bastante».
«¿Tengo cinco días para presentar una defensa? ¿Usted es consciente de que está dentro de una unidad de terapia intensiva?«, explotó Bolsonaro contra la fiscal. El caso surge del intento de impedir la investidura presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva. El 8 de enero de 2023, simpatizantes de Bolsonaro asaltaron las sedes de los tres poderes principales y pidieron a las fuerzas armadas que «derroquen al nuevo gobierno».
500 de los manifestantes ya recibieron su condena y se encuentran cumpliendo con penas de hasta 17 años de cárcel por los delitos de «golpe de Estado», «abolición violenta del Estado democrático en derecho» y «destrucción del patrimonio público». Por su parte, la fiscalía acusó a Bolsonaro de haber liderado el complot luego de perder las elecciones de octubre de 2022 ante Lula. En caso de que la Justicia lo encuentre, el ex mandatario podría recibir una condena de hasta 40 años de prisión.