Tras días de idas y vueltas, Manuel García-Mansilla presentó la renuncia como miembro de la Corte Suprema de Justicia. A pesar de que el Gobierno había presentado un per saltum para que se mantenga en el cargo, el saliente ministro decidió terminar con las acusaciones cruzadas que comenzaron a recrudecer el jueves, cuando el Senado resolvió rechazar sus pliegos.
A poco más de un mes de que el Ejecutivo designó por comisión a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, éste último presentó de «manera indeclinable» su renuncia. El efímero juez de la Corte le envió una carta a Javier Milei comunicándole su resolución. A pesar de que el Gobierno intentó sostenerlo hasta el fin del período ordinario, no logró el cometido.
Tan solo transcurrieron 40 días para que el letrado abandone el cargo que le había otorgado el Poder Ejecutivo. El 26 de febrero, tan solo a tres días de que termine el período extraordinario, desde Casa Rosada decidieron colocar por decreto a Lijo y García-Mansilla en el supremo tribunal. Pocos días más tarde, la Corte le tomó juramento al saliente miembro. No ocurrió lo mismo con Ariel Lijo, quien pretendía tomarse licencia y no se lo permitieron.
Pese a las críticas recibidas, García-Mansilla ejerció su cargo a la par de Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz. Además, como una señal, formó parte de la Asamblea Legislativa el 1° de marzo cuando Javier Milei le dio inicio a las sesiones ordinarias, período que le rechazaría sus pliegos y lo llevaría a la decisión que tomó este lunes.
La carta de Manuel García-Mansilla al Presidente
Mediante una misiva, el abogado le presentó al jefe de Estado su «renuncia indeclinable». En la misma justificó la decisión de ser parte de la Corte Suprema a pesar de los cuestionamientos: «Acepté ese nombramiento con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era una grave problema institucional que requería una solución urgente«, manifestó.
Al mismo tiempo defendió la legalidad de la resolución que tomó el Gobierno el pasado 26 de febrero: «Valoré también que, en mi caso, el nombramiento en comisión era constitucional ya que se ajustaba estrictamente a cada una de las condiciones que exige el art. 99, inc. 19, de la Constitución para que Usted pudiera ejercer esa atribución», sostuvo.
En la carta, Manuel García-Mansilla también se refirió a la polémica audiencia que tuvo el año pasado en el Senado. Algunos miembros de la Cámara alta lo cruzaron porque había asegurado que no asumiría por decreto. Sin embargo, el exjuez de la Corte explicó: «Me acusaron de engañar a los senadores. Es más, esa fue la inverosímil excusa que utilizaron para pretender fundar el rechazo a mi pliego«. Además agregó: «Nunca asumí ante los senadores presentes ese día un compromiso de no aceptar el nombramiento en comisión«.
Tras siete páginas, Manuel García-Mansilla se despidió del máximo tribunal y le agradeció al Presidente la consideración. «Empecé esta carta como juez; la termino como ciudadano«, escribió. También alertó: «El día que contemos con un Poder Judicial integrado en su totalidad con jueces rectos, honestos, capaces e independientes y apegados a la Constitución y a la ley, nuestro país tendrá gran parte de su futuro asegurado«.
El cierre de la misiva fue destinada a Javier Milei: «Le agradezco a Usted que me diera de poder servir a mis ciudadanos», sentenció.