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SOCIEDAD

El día del Malbec en Argentina: su travesía desde Francia

Como todos los 17 de abril, este día busca honrar y celebrar el que supone el mayor éxito de la industria vitivinícola de Argentina.

Malbec

Aún con el paso del tiempo y las tendencias, el Malbec permanece inamovible en el podio de los vinos favoritos de los argentinos. En virtud de ello, no es extraño que esta variedad de vino cuente con un día especial del calendario en que se le celebre y se le honre como corresponde a un emblema tan valioso del patrimonio cultural y gastronómico de Argentina. Y es que, en efecto, como todos los años, este 17 de abril se conmemora el día del Malbec. Esta fecha, no obstante haberse propuesto y que se gestionara en nuestro país, hoy en día cuenta con el reconocimiento internacional que merece.

Siendo que se trata de la variedad vinícola que más se exporta al mundo dentro del vastísimo inventario de la producción vitivinícola argentina. Un aspecto histórico que suele pasarse por alto es que el principal impulsor de la instauración del Malbec en Argentina fue Domingo Faustino Sarmiento. En efecto, a mediados del siglo XIX y antes de consolidarse en tanto que Presidente de la Nación, Sarmiento ya estaba constituido en tanto que figura prominente en la provincia de San Juan y, por extensión, en la zona de Cuyo.

En este marco, y merced de todos los conocimientos adquiridos a lo largo de sus viajes por el hemisferio norte, Sarmiento intercedió ante el gobernador de Mendoza de la época, Pedro Pascual, para que, con su beneplácito, reclutara los servicios de un ingeniero agrónomo procedente de Francia que sería clave en el devenir la industria vitivinícola nacional, Michel Aimé Pouget. Eventualmente, Pouget llegó a radicarse en la provincia, donde se convirtió en el fundador y el director de la Quinta Normal, la primera institución en injertar la vid Malbec en Argentina.

Características de los vinos Malbec argentinos

Como se mencionó, el Malbec constituye una variedad de vino sensiblemente relacionada a nuestro territorio. Ello responde fundamentalmente a factores que pueden definirse en tanto que culturales y de territorio. En este punto, conviene señalar que los viticultores franceses, país que, como sabemos, es de donde esta proviene esta cepa, señalaban a esta uva en términos de “descarte”.

Efectivamente, en las más frías regiones galas, los frutos Malbec no conseguían adquirir el grado de maduración ideal. Tal es así que el producto resultante se limitaba exclusivamente a vinos ácidos y tánicos. En contraste, tras su llegada al hemisferio sur, la uva Malbec dio cuenta de una notable adaptación al clima y a las variedades de suelo, en tal sentido, la empresa propuesta por Pouget demostró ser exitosa.

Por todo ello es que, desde hace más de un siglo, Malbec supone la variedad estrella y más frondosa en los viñedos en las bodegas de todo el país. En efecto, aún considerando el hecho de no representar una cepa autóctona, existen más de 43 mil hectáreas de viñedos pobladas por vides Malbec, en 17 de las 23 provincias conformantes de la República Argentina.

El Malbec de Bodega Federico Mena Saravia

La interesantísima propuesta de Bodega Federico Mena SaraviaViña Centenaria Malbec constituye un vino que parece diseñado específicamente para satisfacer los paladares más soberbios del país y del mundo. De acuerdo con la elegante etiqueta que adelanta su contenido, nos encontramos frente a un: “Vino de color rojo intenso con bordes violáceos. Muy frutado, recuerda a ciruelas, pimienta y especias. Delicado y elegante, de buen cuerpo y volumen, taninos muy suaves, de largo y armónico final”.

Catamarca

Tamañas características pueden surgir de manera exclusiva en un vino que conjugue de manera armoniosa los fenómenos concernientes a la altura, en este caso hablamos de 1870 metros sobre el nivel del mar, un suelo franco de características arenosas y pedregosas, muy aptos para variedades como el Malbec y el Torrontés, y, quizás lo más importante, una marcada amplitud térmica, consistente en días de un intenso sol en los que, luego del atardecer, ostenta noches en las que la temperatura baja de manera brusca.

De ese modo, las uvas encuentran su reposo mediante una maduración lenta, resultando en el desarrollo de intrigantes componentes aromáticos, una acidez balanceada, colores de una intensidad única, taninos refinados y complejos y una estructura de elegancia prominente.