La llegada del Papa Francisco a la Iglesia católica generó un cambio a nivel mundial, aunque en Latinoamérica se dio una profunda transformación. Tal es así que el pontífice que falleció en horas de la madrugada generó que Diego Maradona se reencuentre con la Iglesia, luego de años de distanciamiento por diferencias ideológicas.
El excapitán de la Selección Argentina apuntó contra la entidad católica con dureza, lo que generó una distancia de público conocimiento. «Me peleé con el Papa porque fui al Vaticano y vi los techos de oro. Y después escuché al Papa decir que la Iglesia se preocupaba por los chicos pobres… Pero, ¡vendé el techo, fiera, hacé algo!«, cuestionó el exjugador de Boca tras su encuentro con el Papa Juan Pablo II.
Además, Diego Maradona cruzó al sumo pontífice de aquel momento que aseguró que le regalaba un rosario «especial», algo que no creyó. «No tiene nada de especial, es igual a todos los demás ¿Y entonces los demás no están bendecidos?», planteó el astro argentino, que con la llegada del Papa Francisco todo cambió.
El regalo de Diego Maradona al Papa Francisco
El 1 de septiembre de 2014 esta relación distante de Maradona con la Iglesia se rompió y hubo un muy esperado encuentro del astro argentino con el Papa Francisco: «Me ganó el corazón, estaba enojado con Dios y volví a la Iglesia gracias a Francisco. Me da mucho placer que un argentino esté haciendo tan bien las cosas en un lugar tan importante como el Vaticano, después de haber tenido muchos papas que se preocupaban por la política y no a los chicos con hambre», declaró.
En el libro ‘México 86. Mi Mundial, mi verdad’, Maradona se deshizo en elogios para con Bergoglio, a diferencia de los papas anteriores: «Todos saben lo que yo pensaba del Vaticano en el 86´. Con aquel papa, con el que estuve y con el que le di la mano, no me hubiera vuelto a sentar ni para tomar un café, ni aunque me pagarán mi peso en oro. Pero ahora, con Francisco, el café lo pago yo«, afirmó.
Como si esto fuese poco, el exfutbolista le llevó un regalo al Papa Francisco que tiene un lugar de privilegio dentro del museo de la Iglesia Católica, ubicada en el Vaticano. «Para Francisquito con todo mi cariño y mucha paz para todo el mundo», escribió el exfutbolista en una camiseta número 10 con su nombre que hoy se exhibe como uno de los mayores regalos para un Papa.