Horas después del fallecimiento del papa Francisco, ocurrido este lunes en Roma, el Vaticano comenzó a implementar el protocolo de transición correspondiente a la etapa conocida como “Sede Vacante”. Este período marca la interrupción del liderazgo papal y da inicio al proceso de elección del nuevo pontífice. Una de las primeras señales visibles de esta transición se manifestó en las redes sociales oficiales del Papa.
La cuenta del Papa en X, que hasta el lunes figuraba bajo el nombre “Papa Francisco”, fue modificada a “Apostolica Sedes Vacans”. Además, la imagen de perfil fue sustituida por el escudo tradicional de la sede vacante, compuesto por las llaves cruzadas y el pabellón pontificio. Este emblema indica que la Iglesia católica se encuentra sin un papa en funciones.
La modificación no es solo estética, sino parte del protocolo canónico que rige estos momentos. Según las normas vaticanas, durante la vacancia de la Sede Apostólica, se interrumpe toda comunicación personal atribuida al pontífice fallecido. En consecuencia, ya no se publican mensajes en primera persona ni se emplea la imagen del Papa. El contenido compartido en redes durante esta etapa adquiere un tono institucional y litúrgico.
Un cambio simbólico con alcance global
En paralelo a los ajustes visuales, la cuenta oficial publicó un mensaje pascual que refuerza la continuidad espiritual de la Iglesia. “¡Cristo ha resucitado! En este anuncio está contenido todo el sentido de nuestra existencia, que no está hecha para la muerte sino para la vida”, se lee en la publicación acompañada del hashtag #Pascua. Este tipo de mensajes apunta a mantener el enfoque religioso y esperanzador incluso en medio del duelo.
Actualmente, la cuenta en español, rebautizada como “Apostolica Sedes Vacans”, cuenta con más de 18,6 millones de seguidores. El cambio fue percibido de inmediato por los fieles y usuarios alrededor del mundo, y marca simbólicamente el inicio de una nueva etapa en la vida de la Iglesia.
Durante este tiempo, el cardenal camarlengo, Kevin Farrell, asume funciones específicas, como la administración de los bienes materiales del Vaticano. Al mismo tiempo, el decano del Colegio Cardenalicio prepara el camino para el cónclave que designará al próximo Papa.
Un rito fúnebre con modificaciones
El fallecimiento del papa Francisco también activó el protocolo del “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, el documento que regula las exequias papales. En noviembre de 2024, el propio Bergoglio firmó una versión actualizada del texto, con énfasis en la simplicidad y la fe en la resurrección.
Entre los cambios más destacados se encuentra la eliminación del ritual histórico del martillo de plata, utilizado en el pasado para certificar la muerte del pontífice. Ahora, esa verificación se realiza de forma privada, en la capilla del Palacio Apostólico. También se abandona la práctica de utilizar tres ataúdes. El cuerpo de Francisco será colocado en un féretro de madera con interior de zinc, sin velatorio privado ni exposición en catafalco.
Por deseo personal, el Papa será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las grutas vaticanas. Allí, descansará frente al ícono de la Virgen Salus Populi Romani, a la que le tuvo gran devoción durante su vida.
