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POLÍTICA

Hugo Moyano, entre la presión por las paritarias y el retroceso de su poder sindical al frente de la CGT

El líder camionero busca sostener su influencia en las negociaciones: conflictos gremiales y tensión con el Gobierno.

Moyano

El histórico sindicalista, Hugo Moyano, enfrenta uno de los momentos más complejos de su trayectoria en Camioneros. En medio del retroceso de su poder histórico, la discusión salarial se convirtió en el principal frente de conflicto. Su último acuerdo paritario —del 3,2% para el trimestre marzo-mayo— quedó rápidamente desfasado ante una inflación que marcó 3,7% en marzo, y en las bases del gremio crece la presión para reabrir la negociación.

Sin embargo, la tensión no se limita a los números. Moyano transita un escenario de debilitamiento interno, con pérdida de peso dentro de la CGT, cuestionamientos al interior de Camioneros y la consolidación de adversarios que lo disputan territorial y gremialmente. La obra social del sindicato arrastra una crisis financiera persistente y la sombra de una posible auditoría por parte del Gobierno, que, según fuentes sindicales, estaría frenada por un dirigente de la central obrera con buenos vínculos con los libertarios.

En este contexto, el conflicto en Corredores Viales —donde se despidió a más de 100 trabajadores— abrió una lectura inquietante: ¿el Gobierno apuntó al Sindicato de Peajes, que encabeza Florencia Cañabate con Facundo Moyano como adjunto, para enviar un mensaje directo a su padre, líder histórico de los camioneros?

Atraso salarial y advertencias del oficialismo

Hasta ahora, Moyano no solicitó formalmente la reapertura de paritarias, aunque la posibilidad está sobre la mesa. Su último acuerdo, firmado en línea con la pauta oficial, quedó corto frente a la suba de precios. La Secretaría de Trabajo ya inició contactos para anticiparse a un posible reclamo, mientras las cámaras empresarias llaman a esperar hasta la cláusula de revisión prevista para principios de junio.

El poder de negociación de Moyano se ha deteriorado con los años. Entre 2018 y 2023, los salarios del gremio cayeron 26% frente a la inflación, según un informe de la consultora Analytica. En paralelo, perdió protagonismo como referente paritario, rol que alguna vez lo posicionó como termómetro de la CGT.

La pérdida de poder se evidenció también en la negociación con el gobierno de Jorge Macri por el conflicto con los recolectores de residuos en la Ciudad de Buenos Aires. El acuerdo —sin indemnizaciones y con críticas internas— puso fin a la llamada «Ley Moyano», pero dejó herida la conducción gremial. Las bases acusaron a Pablo Moyano de haber entregado demasiado: «¡Pablito traidor!», gritaron algunos afiliados.

Grietas internas y retroceso territorial

En simultáneo, surgen actores que amenazan su hegemonía dentro del gremio. Sergio Aladio, desde Santa Fe, construye una federación alternativa con apoyo de sindicatos de varias provincias. También avanzó la conformación de un sindicato para jerárquicos de recolección (APJERR), liderado por Jorge Silva.

La Justicia también ha asestado golpes. La Cámara Nacional del Trabajo rechazó una apelación de Moyano contra el convenio entre Mercado Libre y el Sindicato de Carga y Descarga. La resolución cerró un extenso litigio sobre el encuadramiento del personal logístico, que buscaba el pase a Camioneros.

El moyanismo recibió otro revés en San Pedro, donde siguen presos dos dirigentes por extorsión y bloqueo a una empresa. En simultáneo, sectores de Camioneros comienzan a ver con recelo la falta de renovación dirigencial, tras el alejamiento de Pablo Moyano de la conducción activa.

El caso Peajes: ¿un mensaje al jefe?

Desde el entorno de Hugo Moyano creen que la avanzada del Gobierno contra el Sindicato de Peajes —tras la finalización de la concesión de Crusa y el despido de 117 empleados— fue más que una medida administrativa. «Pelearse con alguien que se llama Moyano les rinde políticamente», deslizan en su entorno.

Facundo Moyano, que en un primer momento había respaldado algunos aspectos del plan libertario, ahora se distancia abiertamente de la gestión de Javier Milei. La ofensiva contra el gremio que integra se leyó como un intento de disciplinar a su padre, quien apoyó el paro general de la CGT pese a firmar aumentos en línea con el Gobierno.

En público, el líder sindical delegó los cuestionamientos en Octavio Argüello, actual representante de Camioneros en la CGT, quien no dudó en criticar el plan económico: «El levantamiento del cepo es una gran mentira. La inflación va a ser superior el mes que viene. El plan del gobierno fracasó».