La actividad de la industria en la Argentina continúa en niveles críticos. Según el último informe del INDEC, en febrero la utilización de la capacidad instalada fue del 58,6%, el mismo registro que en enero, y apenas un punto por encima del derrumbe del año pasado, cuando comenzaba el ajuste del presidente Javier Milei. A pesar del discurso oficial de «reactivación», el sector sigue sin mostrar señales claras de recuperación.
Desde que La Libertad Avanza asumió el gobierno nacional, la industria no logró superar con firmeza la barrera del 60% de uso de su capacidad instalada. El contraste con años anteriores es elocuente: en febrero de 2023 el indicador alcanzaba el 65%, y en 2022 se situaba en el 64%. El actual modelo económico parece profundizar el deterioro estructural del aparato productivo nacional.
Entre los rubros con mejor desempeño en febrero figuran los vinculados a materias primas: refinación del petróleo (73,9%), papel y cartón (68,8%), industrias metálicas básicas (67,3%), productos químicos (63,4%) y alimentos y bebidas (62,4%). Este último se vio impulsado por una mayor molienda de oleaginosas y el incremento en la producción de bebidas.
Sin embargo, la mayoría de los sectores industriales operan muy por debajo del promedio. Es el caso de productos minerales no metálicos (55%), industria automotriz (54,6%), edición e impresión (52,8%), tabaco (49,9%), textiles (46,4%), caucho y plástico (46,3%) y metalmecánica, excluyendo automotores, que apenas alcanzó un 44%.
La apertura de importaciones comienza a mostrar su impacto en sectores sensibles y de mano de obra intensiva. La Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) advirtió que uno de cada tres empleos industriales perdidos en el último año corresponde al sector textil. «Priorizar la rebaja de aranceles antes de aliviar los costos internos genera un escenario de competencia desigual que pone en riesgo el tejido productivo nacional», señaló la entidad.
Paradójicamente, la metalmecánica –aunque sigue deprimida– fue uno de los sectores que más creció interanualmente: pasó de 37,3% en febrero de 2024 a 44% este año, gracias a la mayor fabricación de maquinaria agropecuaria. Pero el repunte es frágil: la reciente decisión del Gobierno de autorizar la importación de equipos usados sin aranceles ni certificados amenaza con arrasar también este segmento.
El enojo de los industriales argentinos con el Gobierno nacional
La Unión Industrial Argentina (UIA) fue categórica en un comunicado: «La actual agenda de apertura comercial debe incluir en simultáneo la resolución de los problemas sistémicos de competitividad del país, de manera de reducir el costo argentino sin poner en riesgo el desarrollo económico y el empleo». Con más de 300.000 puestos de trabajo directos en juego solo en la metalmecánica, la industria nacional se enfrenta a una disyuntiva crítica ante la política económica del oficialismo.