Las ventas minoristas de las pymes registraron en marzo un incremento del 10,5% interanual a precios constantes. Sin embargo, a pesar de este repunte, desde el sector advierten que la mejora todavía no alcanza para compensar las fuertes caídas sufridas durante 2024, cuando las ventas habían retrocedido un 12,6% en el mismo mes.
De acuerdo a datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el primer trimestre del año cerró con un crecimiento acumulado del 19,4%, un dato alentador si se lo compara con el escenario del año pasado, pero que aún deja a los comercios pymes lejos de un proceso de recuperación consolidado. En términos mensuales, las ventas también mostraron un leve aumento del 0,1% respecto a febrero, aunque el consumo se mantiene contenido en rubros no esenciales.
Desde CAME explicaron que el cierre de la temporada de verano, el inicio de las clases y las acciones comerciales como cuotas sin interés, promociones y descuentos ayudaron a dinamizar la actividad. «Muchos comercios señalaron un leve repunte, aunque no completamente al nivel esperado para esta época. Persisten factores que limitan el consumo, como la falta de liquidez, aumento de costos operativos y la competencia informal o desde el exterior», indicó el informe.
El rubro de los alimentos y las bebidas fue el que más mejoró con respecto a marzo del 2024
Los siete rubros relevados por la entidad mostraron subas interanuales en sus ventas. El mayor incremento se detectó en Perfumería, con una suba del 23,6%, seguido por Farmacia (+16,8%) y Alimentos y Bebidas (+13,7%). En el acumulado del trimestre, lidera Alimentos y Bebidas con un aumento del 25,3%, impulsado por la necesidad de consumo básico en un contexto de inflación aún elevada.
A pesar de las mejoras, el contexto para las pymes sigue siendo complejo. Durante marzo, los comercios enfrentaron aumentos en los costos operativos, subas en los alquileres y una menor concurrencia de consumidores. Además, las dificultades para reponer mercadería y afrontar compromisos financieros básicos se mantuvieron como una constante, en especial en sectores sensibles como el textil.
En este escenario desafiante, las estrategias de ventas financiadas, los descuentos y la búsqueda de eficiencia en los costos se volvieron herramientas clave para sostener la actividad. Aun así, la presión por la competencia de productos importados y del circuito informal sigue complicando los márgenes comerciales.
De cara a los próximos meses, los comerciantes mantienen un optimismo prudente. La percepción general sobre el futuro económico del país y del sector pyme presenta una leve mejora, aunque persisten las dudas.

