Burdeos supone una de las regiones vinícolas de mayor reconocimiento en el mundo. Tal reconocimiento no es baladí, siendo que produce vino desde la época romana y, con el paso de los siglos, la región se ha perfeccionado este arte. El clima es esencialmente ideal para la viticultura, con inviernos clementes, veranos cálidos y un registro de lluvias equilibrado.
Burdeos representa un microclima único, gracias al estuario de la Gironda y a los ríos Dordoña y Garona, consiguiendo de ese modo que sus vinos resulten particularmente especiales para el paladar. Su nombre por sí solo basta para evocar imágenes de viñedos soleados, castillos centenarios y, desde luego, los elegantes vinos que han laureado con fama mundial a esta región francesa. Sin embargo, la cuestión es que, aunque Burdeos tiende a asociarse con el lujo y precios exorbitantes, no es necesario ser un acaudalado para poder disfrutarlo. De hecho, es posible explorar algunas botellas excepcionales sin dejar una fortuna en el camino, sobre todo si se sabe dónde buscar.

La región es globalmente conocida por sus vinos tintos, elaborados principalmente con Merlot, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Sin embargo, sería injusto dejar de lado a los blancos. El Sauvignon Blanc, el Sémillon y el Muscadelle son protagonistas de los frescos y refrescantes vinos blancos de la región.
El ideal de Burdeos
Los vinos tintos de Burdeos tienden a dividirse en dos estilos predominantes de acuerdo a su geografía: la Orilla Izquierda y la Orilla Derecha. La primera, que incluye zonas famosas como Médoc y Graves, es célebre por sus ensamblajes con predominio de Cabernet Sauvignon, vinos que tienden a ser estructurados, tánicos y perfectos para el envejecimiento.
Por otro lado, la Orilla Derecha, donde se encuentran denominaciones como Saint-Émilion y Pomerol, se inclina más hacia el Merlot, produciendo vinos más suaves y afrutados que a menudo se pueden disfrutar un poco más jóvenes.
Los blancos, particularmente los de Graves y Pessac-Léognan, pueden resultar sorprendentemente complejos y refrescantes. Estos vinos suelen tener notas cítricas vibrantes que se equilibran con sabores más ricos y melosos, especialmente durante la crianza. En ambos casos, la excelencia de los vinos de Burdeos es siempre una garantía más allá del varietal o la añada de que se trate.
El precio de los vinos de burdeos
Según declara Richard Bampfield, Master of Wine de la cadena europea de supermercados con descuento Lidl, «a Burdeos se lo reconoce por producir algunos de los vinos más finos y caros del mundo. Y, como estos vinos reciben mucha atención mediática, puede dar la impresión de que todo Burdeos es caro». Sin embargo, basta con revisar las ofertas de Lidl, para dar por traste aquella noción. Los precios de los vinos de Lidl varían entre seis y veinte dólares norteamericanos, en el caso de sus principales botellas premium. En efecto, Lidl forma parte del mayor grupo de supermercados de Europa y cuenta con un considerable poder adquisitivo.

Por otro lado, la disminución del consumo de vino en Francia, el mayor mercado para Burdeos, implica que los precios de la mayoría de los vinos bordeleses apenas han subido en los últimos años —afirma Bampfield—. Y hay que recordar que no todos los vinos de Burdeos son tintos: para los amantes del Sauvignon Blanc, los blancos secos de Burdeos, que suelen elaborarse con esta uva tan de moda, ofrecen una excelente calidad y una aún mejor relación calidad-precio.
Así sea que se trate de un tinto de Côtes de Bordeaux o un blanco fresco de Entre-Deux-Mers, Lidl ofrece una gama que posibilita explorar la diversidad de la región sin gastar una fortuna. Es la manera perfecta de disfrutar de vinos de Burdeos cuando se cuenta con un presupuesto ajustado.