El periodista y conductor Sergio Lapegüe volvió a demostrar por qué se ha ganado un lugar especial en el corazón de su audiencia. Durante una reciente emisión de su programa de radio, se tomó unos minutos para compartir una reflexión personal que rápidamente se volvió viral en redes sociales. Con palabras sinceras y cargadas de emoción, habló sobre el dolor, la superación y la importancia de aprender de cada experiencia.
“Uno, a medida que va caminando, va aprendiendo sobre el camino, de las lecciones que la vida te va enseñando, son lecciones que después te marcan para siempre”, comenzó diciendo Sergio Lapegüe, dando inicio a un momento de introspección que conectó profundamente con sus oyentes.
El integrante de América TV, conocido por su estilo cálido y empático, continuó: “Te das cuenta que el dolor es momentáneo, temporal, pero que con el dolor ganás fortaleza que puede ser eterna, entonces no tenés que sentirte mal si sentís mal por algún momento”. Su mensaje, lejos de ser solo una reflexión, se transformó en una guía para quienes atraviesan momentos difíciles.
Lapegüe también se refirió a la resiliencia: “Si te caés, sabés que es una oportunidad para levantarte más fuerte, es cierto, las heridas te dejan cicatrices pero también te dejan sabiduría y también te dejan subsistencia”, dijo con convicción. Palabras que invitan a ver la adversidad como una oportunidad para crecer.
“Con el tiempo vas entendiendo que para sanar no tenés atajos, que duele y que también pasa. Cuando algo se rompe adentro, también es cierto que se abren espacios para reconstruir de otro lugar, son aprendizajes”, expresó, dejando en claro que la sanación emocional es un proceso que lleva tiempo y paciencia.
El momento más conmovedor llegó cuando confesó: “Yo soy llorón, sí, pero doy cuenta que llorar es desahogo y mientras tanto tenés abrazos que te sostienen. No hay que apurarse para estar bien, no está mal estar mal un rato”. Su vulnerabilidad lo acercó aún más al público.
Para cerrar, Sergio Lapegüe dejó una frase que muchos ya han adoptado como mantra: “Mientras haya una luz al final del camino, siempre va a haber un lugar para transitar”. Una reflexión que, sin dudas, tocó el alma de quienes lo escucharon.
