Adrián Suar es una de las figuras fundamentales del espectáculo argentino, llegando a ser tapa de los principales portales de la farándula. Sin embargo, el productor guarda un lugar especial para su familia y en especial con sus 2 hijos: Tomás y Margarita. En este sentido, participó en una entrevista, donde hizo un balance de su paternidad y el vínculo con sus hijos.
A través de una entrevista con «Infobae», Adrián Suar comenzó contando la relación que tuvo con su padre. En este aspecto, expresó: «Sí, como hijo me sentí solo en algún momento. La soledad, y hasta el día de hoy, nunca me dio miedo. Papá abrazaba poco y sabía mirar a su manera. Digamos que tenía su estilo para ejercer el rol».
Posteriormente, Adrián Suar se sinceró y aseguró que él tiene su propia forma de vincularse con sus hijos. Además, manifestó: «Me pasa con mis hijos. Comprendo que, junto a sus madres, he sido el vehículo para la llegada a este mundo dispuesto a amarlos, educarlos, ayudarlos, pero sin esa idea de “¡Son míos!”. Con esa efervescencia desmedida de pertenencia. No. Yo entiendo otro modo de amar».
Por otro lado, Adrián Suar reconoció que no es el mejor padre, pero trata de hacer lo mejor. Puntualmente, declaró: «No soy el mejor papá del mundo y hasta te diría que ‘de mitad de tabla’. Pero tampoco me perturba. Porque sé que soy presente cuando debo y afectuoso cuando necesitan. Solo que no hago la escena del padre abnegado y pasional que vive todo con la intensidad a tope. No, esa escena no me la creo».
Finalmente, Adrián Suar definió la personalidad de sus 2 hijos. Por último, agregó: «Sin olvidar que soy su padre, Toto me trata como a un chabón. Nos escuchamos y nos acompañamos con más complicidad. Y Margarita es mágica. Llegó con otra sabiduría, con otra información, con otra luz. Tiene la gracia irónica y esa agudeza muy de Griselda. ¡Filosa como la madre!».
«Sigo creyendo en el cine»: Adrián Suar contó como es su método de trabajo y los detalles de su última película
A través de una entrevista con «La Nación», Adrián Suar contó como es su método de trabajo con los actores y actrices. En este aspecto, expresó: «No hay improvisación, porque el libro ya estaba consensuado desde el vamos y es lo que siempre quisimos filmar. Metimos muchos ensayos, unos diez antes de las siete semanas de rodaje. Generalmente, voy al set con la idea clara de lo que trabajamos previamente con Pablo Solarz».
Posteriormente, Adrián Suar mostró su confianza en el momento del cine y del rito social que encierra. Además, manifestó: «Sigo creyendo mucho en el cine, sobre todo después de todo lo que hice y a pesar de que esté atravesando un momento difícil en la Argentina. Ir al cine es una gran ceremonia social que me gusta particularmente. Yo la practico mucho. Me encanta organizar esa salida, elegir el día, el lugar».
Por otro lado, Adrián Suar negó que el cine argentino atraviesa un mal momento. Puntualmente, declaró: «No es tan así. En los últimos años, llegaron primero al cine 30 noches con mi ex, también Argentina, 1985, con Ricardo Darín, y La extorsión, con Guillermo Francella. Admito que está más difícil y se perdió un poco entre nosotros la idea de estrenar en cines. Necesitamos recuperar ese hábito».