En una postal atípica para un día de paro general, los colectivos se convirtieron en los grandes protagonistas de la mañana de este jueves 10 de abril. A diferencia de otras medidas de fuerza, esta vez las líneas de transporte público no solo mantuvieron el servicio, sino que en muchos casos sacaron más unidades a la calle de lo habitual.
La imagen que se repite en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires muestra colectivos circulando con frecuencia incluso mayor a la de un día normal. En las principales avenidas y esquinas céntricas, los colectivos dieron varias vueltas por la ciudad mientras en las estaciones de trenes y subtes el panorama era completamente distinto: andenes vacíos y calles poco transitadas por peatones.
El paro general convocado por la CGT es el tercero que enfrenta la gestión de Javier Milei. La medida paralizó la actividad aérea, ferroviaria y los subtes, pero no logró detener el funcionamiento de los colectivos. De hecho, entre las 8 y las 9 de la mañana, en terminales como Constitución y Once se notaba una marcada baja de pasajeros esperando en las dársenas, aunque el tránsito vehicular para llegar a esas zonas era caótico.
El motivo por el que los colectivos no se adhirieron al paro general
La UTA, el gremio que conduce Roberto Fernández, había confirmado este miércoles que no se adhería al paro. Si bien mantiene un conflicto salarial con las empresas de transporte, la conciliación obligatoria dictada por el Gobierno el pasado 27 de marzo sigue vigente y, por ese motivo, los colectivos salieron a la calle.
En un comunicado, la UTA explicó que continúa su reclamo por la recomposición salarial y criticó a las empresas por no presentar ninguna propuesta concreta: “Pasados ya casi 10 días hábiles de la conciliación, los empresarios continúan con su pertinaz actitud de no ofrecer tan siquiera una propuesta de acercamiento. Nada de nada”, señaló el sindicato.
Además, el texto advirtió que los trabajadores «no pueden ser la variable de ajuste» y anticipó que, de no haber avances en las negociaciones, el gremio retomará el plan de lucha «cuando las herramientas legales lo permitan». Por ahora, la decisión fue cumplir con la conciliación y garantizar el servicio.
Así, mientras los gremios enfrentados al Gobierno paralizan parte de la actividad económica, los colectivos coparon las calles y marcaron el ritmo de la jornada. Una ciudad atravesada por el paro, pero también por una postal inusual: más colectivos que nunca recorriendo las avenidas porteñas.
